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El activista acusado de terrorista por el FBI encerrado 22 años

17 de octubre de 2017 | Ayuda humanitaria, Defensa derechos humanos

Marius Mason se enteró a través de los barrotes de su celda, que la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) aprobó silenciosamente una nueva mutación genética de Monsanto para matar gusanos. Una medida que ha sido criticada y advertida por la OMS de que su herbicida gilifosato es probablemente cancerígeno.

El activista no ha conseguido hacer frente a su lucha que comenzaba en 1999 cuando provocó un incendio en la Universidad Estatal de Michigan para destruir documentos sobre investigaciones con organismos modificados genéticamente para Monsanto.

Un acto de rebeldía y revolución que no pensó que fuese a terminar de la manera en la que se encuentra actualmente. Se le condenó a la sentencia más dura que se le haya aplicado a un activista en Estados Unidos.

Después de 10 años, en el juicio se le declaró culpable por incendio provocado causante de daños materiales de 1 millón de dólares y de otros 12 crímenes de destrozos a la propiedad perpetrados previamente.

Unas palabras que le recordarían lo que le quitarían durante mucho tiempo: su libertad. Mason fue condenado a 22 años de cárcel. Una amiga del activista comentaba en unas declaraciones a la revista PlayGround “Nos sorprendió a todos. Nadie resultó herido. Incluso miembros del grupo ambientalista radical Earth Liberation Front (ELF), acusados de un eco-sabotaje (daño a la propiedad) más devastador, fueron castigados con  penas más cortas. Creo que el juez trataba de dar ejemplo a alguien”.

La persecución a activistas por parte de las fuerzas especiales de EEUU es conocida con el nombre de Green Scare y surgió tras el 11-S. El FBI no tuvo problema a la hora de señalar como eco-terroristas , actos tan inocentes como una pintada en la pared con tiza de manera reivindicativa.

Una manera contradictoria de acusar a personas que no harían daño a personas o animales, de terroristas con condenas impensables como la de Mason o la de muchos más activistas que han sido atrapados bajo las redes el gobierno norteamericano.