Angola: cuando el agua puede matar
Solidaridad Internacional está trabajando estrechamente con el Departamento de Salud Pública de Kwanza Sul (Angola) en esta crisis sanitaria, para atajar el brote lo antes posible, aportando a esta grave situación su experiencia de los últimos tres años, a lo largo de los cuales se ha trabajado para mejorar las condiciones higiénicas en 11 comunidades de esa provincia. En el programa de actuación general de Solidaridad Internacional en Angola, se incluyen mecanismos destinados a mejorar la salud general, prevenir contagios y disminuir la incidencia de enfermedades de trasmisión hídrica (como es el caso del cólera), construyendo letrinas y formando agentes locales para que la población incorpore hábitos higiénicos y saludables.
En el momento actual, Solidaridad Internacional está realizando un seguimiento y monitorización de la evolución de la epidemia en estas comunidades y en la ciudad de Sumbe, mediante equipos de detección de nuevos casos. Paralelamente, se intenta minimizar la incidencia de cólera a través de la potabilización de agua con cloro, y de una mayor información preventiva.
El conflicto, de más de treinta años de duración, que ha asolado Angola y los movimientos de la población desplazada interna, son quizás las principales causas de la degradación que sufre el sistema de salud angoleño en la actualidad. En Luanda, por ejemplo, a pesar de que los destrozos por causa de la guerra no son muy aparentes, las consecuencias se dejan notar indirectamente en el desproporcionado aumento de la población, que pasó en pocos años de 500.000 a 5 millones de habitantes, sin que se produjera en paralelo un desarrollo de las infraestructuras sanitarias proporcional.
Hoy en día, a pesar de que en Luanda existen hospitales y centros de salud, y que el sistema nacional de salud es gratuito, se choca a menudo con enormes barreras como la carencia de medicamentos, que resultan insuficientes para suministrar o atender a los numerosos pacientes.
En las zonas rurales, en provincias como Kwanza Sul (donde Solidaridad Internacional lleva a cabo un programa de mejora de hábitos de higiene y de la salud materno-infantil) las infraestructuras sanitarias son muy débiles. Sus habitantes se ven privados del acceso a servicios de salud eficientes para curar enfermedades de gran incidencia como la malaria, difteria, diarreas, cólera, hepatitis, fiebres tifoideas o esquistosomiasis. Estas enfermedades endémicas son la causa principal de los altos índices de mortalidad infantil (en algunas zonas de Angola, los y las menores de 5 años padecen malaria 5 ó 6 veces al año), y están asociadas en muchos casos a la falta de higiene o de agua en condiciones de salubridad.
Las precarias condiciones de higiene en Angola incluyen desde falta de formación e información sobre higiene personal y pública, el consumo de aguas no aptas, hasta aspectos como ausencia de un servicio de recogida de basuras, circunstancias que facilitan el origen y la propagación de estas enfermedades.