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16 de septiembre de 2015 | Todas

Toda persona cuando tiene algún familiar o amigo en el hospital no duda en sacar algún rato de su tiempo para acompañarle y hacer que su estancia en el hospital se convierta en un rato ameno y agradable con buena compañía.

Manuel Costa intenta cada día que este hecho se produzca en todas y cada una de las habitaciones del Hospital General de Alicante y en un futuro, también en el de Sant Joan. Este pensionista es el coordinador de la Asociación de Voluntarios del Hospital de Alicante (Avolhal), fundada en el año 2005. Es de carácter altruista y se sustenta con las pequeñas ayudas de la Obra Social de la CAM y de La Caixa.

La función que ejerce esta asociación dentro del hospital es ayudar a aquellos enfermos -de todas las nacionalidades- que no tienen familia o que sí tienen, pero por diversos motivos no pueden estar con los pacientes y ofrecerles compañía, siempre, claro está, acompañados del personal de enfermería.

Manuel comenzó su andadura por el voluntariado porque «tenía mucho tiempo libre» y vio un cartel que pedía voluntarios y «me apunté». En marzo de 2006 asistió a un curso y posteriormente comenzó a ejercer como tal.

Actualmente es el coordinador de la asociación, «al principio no quería, pero en cuanto tuve mi primer paciente y me llené de felicidad accedí a ser coordinador», comenta Costa. Su labor se centra en visitar en primer lugar al enfermo, valorar y conocer lo que le ocurre y lo que necesita y, posteriormente, enviar al voluntario que considere conveniente.

A día de hoy son 91 las personas que componen la asociación -entre estudiantes, jóvenes y jubilados-, y según afirma el coordinador «vamos poco a poco pero no paramos de crecer», en octubre se ha convocado el sexto curso para nuevos voluntarios. Costa admite que está sorprendido por «la gran aceptación» que está teniendo Desde diciembre de 2006 se han realizado «unos 3000» servicios aproximadamente.

Manuel cuenta sonriente lo «gratificante» que es poder estar en el lugar donde él se encuentra. «Llegar a la habitación y ver como el enfermo está con una sonrisa esperando tu llegada, eso no se puede pagar con dinero».

El coordinador no califica el trabajo del voluntariado como «sacrificado», al contrario, lo ve desde una perspectiva muy sabia, «esto es ver que quieres hacer con tu tiempo libre y hay quien elige ir al cine y yo elijo venir al hospital».

Además de esto, Manuel saca tiempo para dar un paseo o jugar a la petanca con los amigos.