Ayuda en Acción impulsa un programa para mejorar los cultivos en Honduras
¿Objetivo? Incrementar los ingresos y las oportunidades de empleo en pueblos indígenas hondureños. ¿Estrategia? Poner en marcha un programa muy específico cuya meta no es otra que fortalecer los procesos productivos de cacao, granos básicos como el arroz, el maíz y el frijol y la pesca.
La iniciativa se ha bautizado como ‘Prawanka para el Desarrollo Económico Inclusivo Territorial de la Muskitia hondureña’ y arranca con al colaboración de la ONG Ayuda en Acción y la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación. “Con Prawanka, nuestra organización se alinea con el nuevo modelo de cooperación marcado por los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la agenda 2030. Pasamos de la implementación tradicional de proyectos de cooperación a ser facilitadores de procesos de empoderamiento”, explica Fernando Mudarra, director general de Ayuda en Acción.
El programa se estructura a través de ‘comités en cadena’. En estos tendrán presencia diferentes actores locales, desde concejos territoriales a empresas y otras instituciones estatales. Se definirán las estrategias a seguir para el aprovechamiento de los recursos naturales para que sean social y ambientalmente sostenibles y respeten el modo de vida de los pueblos indígenas.
Las mujeres tendrán un papel relevante. Existen muchas productoras de cacao y agricultoras en una de las zonas de intervención de Prawanka, como es el caso de la ciencia del río Patuca, y también hay muchas que participan de la actividad pesquera. “Hasta ahora no se les había dado la oportunidad de ser protagonistas de los procesos de desarrollo”, apuntan los organizadores de esta campaña.
Honduras tiene 9 millones de habitantes y de estos el 12% es indígena o afrodescendiente. Las actividades se llevan a cabo en la zona de mayor diversidad de pueblos autóctonos, en Miskitus, Garífunas, Tawahkas, Pech y Ladinos Nativos. La región posee un tercio de los recursos naturales del país y es hora de explotar la riqueza que tiene la zona y contribuir al desarrollo de las poblaciones locales. La mitad de los habitantes de esta parte de Honduras se encuentra bajo los umbrales de la pobreza, viven con menos de un dólar al día y un cuarto de ellos son analfabetos.