Comercio justo para el desarrollo rural en India
La Fundación Vicente Ferrer ha puesto en marcha un nuevo taller artesanal en Anantapur, concretamente en Kuderu. Trabajan en el mismo 20 mujeres con discapacidad que están elaborando productos para comercializar en tiendas solidarias de España. Lo primero que se hizo fue formar a las trabajadoras en costura para que pudieran valerse por sí mismas y con él se da respuesta a las necesidades de las productoras para que puedan obtener ingresos.
Este taller es el primer paso hacia un centro más importante de comercio justo que está planificando la organización. La FVF ha rehabilitado un antiguo hospital donde se están desarrollando estas tareas. Es necesario obtener financiación para poder incluir telares manuales para elaborar algodón orgánico y seda con lo que después se elaborarán piezas que se venden para conseguir un salario para las trabajadoras.
En estos momentos son 320 chicas la que trabajan en las instalaciones que tiene la Fundación Vicente Ferrer para elaborar artículos artesanales. Esos se comercializan en tiendas solidarias de toda España y en diferentes puntos de la India. Poco a poco serán más las personas que podrán trabajar en este lugar. El objetivo es que en total se alcance la cifra de 450 beneficiarias de estos programas, algo que llegará con próximos talleres.
Estos espacios son tanto para conseguir productos que vender como para autoabastecimiento de las comunidades. Se van a producir pañales de algodón orgánico reutilizables que se utilizarán en colegios y escuelas con personas con parálisis cerebral. Estos suponen un ahorro económico y en recursos así como una reducción del impacto que se está causando al medio ambiente. En la Fundación Vicente Ferrer están formando a quienes ejercerán de cuidadores y a sus familiares para un correcto uso y mantenimiento de estas piezas.
“Ha sido un largo proceso para elegir los mejores materiales y proveedores”, explica Silvia Gardía, responsable del proyecto de economía social de la FVF. Ella recuerda que se ha trabajado de manera conjunta con el voluntariado del sector Personas con discapacidad para poder dar respuesta a esta necesidad.
El recién creado taller se suma a otro reciente en Udegolam donde se trabajan técnicas de bordado y costura. Este supuso la contratación de otras 40 personas.