Denuncias por abusos sexuales los primeros días de Sanfermines
La ciudad de Pamplona recibe cada año alrededor de un millón de personas los primeros días de julio para celebrar los famosos Sanfermines. En 2016 las denuncias por agresiones sexuales se multiplicaron por cuatro y expertos aseguran que hubo muchas sin registrar.
Los agentes de la Policía Nacional, Municipal y Foral componen un dispositivo para este año que se ha ampliado a 500 personas más que el año pasado para evitar que ocurran nuevos incidentes de este calibre.
La mano roja creada en 2012 por el Instituto Navarro que simboliza el rechazo de las agresiones sexuales ha estado presente este fin de semana en las solapas de muchos de los asistentes que han disfrutado de las fiestas. Las bandoleras de las calles, carteles en escaparates e incluso en vasos de muchos locales de las peñas o colectivos se han sumado a esta iniciativa con el propósito de concienciar a todas aquellas personas que acuden a la ciudad navarra.
A pesar de todo, un barcelonés de 34 años fue detenido el pasado jueves y condenado tras un juicio rápido a una multa de 2.880 euros y a indemnizar con 500 euros a la víctima. El acusado reconoció haber realizado tocamientos a mujeres que se encontraban de celebración el día del Chupinazo.
Otra mujer presentó una denuncia por tocamientos por la que, por ahora, no se ha producido detención.Tras las denuncias se han puesto a disposición de las mujeres los recursos municipales de orientación y atención judicial y psicológica y de acompañamiento de los que dispone el Ayuntamiento de Pamplona.
Todas las denuncias las ha dado a conocer la Junta Local de Protección Civil, cuya tarea, encomendada por el Ayuntamiento, consiste en la canalización de la información referida a este tipo de sucesos La información de los casos al público, se ha llevado a cabo con la intención de concienciar y advertir a los asistentes a las fiestas. Además, se quiere priorizar la protección y atención de la mujer agredida y a su entorno. Se trata de evitar que las mujeres agredidas no se sientan víctimas ni por la sociedad.