Dos niños mueren cada día en el Mediterráneo
El Mediterráneo se ha convertido en una trampa mortal para todos los refugiados que tratan de llegar a Europa a través del Egeo. Según un informe de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), desde septiembre del año pasado, al menos dos niños han muerto ahogados cada día. En total, los cadáveres de unos 340 menores han sido rescatados entre las costas de Turquía y Grecia.
ACNUR ha alertado de que esta cifra va en aumento y además, ha dejado constancia de que se han recuperado los cuerpos sin vida de 340 niños pero, probablemente, la cifra sea mayor ya que algunos cadáveres han podido «desaparecer» en el propio Mediterráneo y puede que no se encuentren nunca.
Las causas de los numerosos naufragios que se producen en las aguas del mar Mediterráneo son varias. Por un lado, la mala calidad de los materiales con el que se fabrican las embarcaciones; en segundo lugar, el sobrepeso o exceso de personas que van en ellas y, por último, las malas condiciones del mar y la climatología. Esta mezcla explosiva hace que llegar a tierra firme sea muy complicado.
La Agencia de los Refugiados cree que estas situaciones podrían evitarse si se regulara y legalizara la entrada de refugiados en Europa. Consideran que con una buena política de reubicación estos migrantes podrían reunirse con sus familias y no tener que enfrentarse a viajes peligrosos o entradas clandestinas.
Desde que comenzó 2016, el número de refugiados que ha llegado a Europa se ha multiplicado por 35: al menos 82.000 personas han llegado al viejo continente y 410 han perdido la vida en el Mediterráneo. Los niños, uno de los colectivos más vulnerables, suponen el 36% de la población migrante.
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