El agricultor irresponsable provoca le mayor número de incendios en España
El «agricultor irresponsable» es el arquetipo del mayor causante de los incendios forestales en España, ocasionando el 31 por ciento de los mismos, debido a la utilización de «pocos medios» en la quema de rastrojos y restos agrícolas de todo tipo, según el informe ‘Incendiarios. El perfil de los que queman los montes en España’, realizado por Greenpeace.
La ONG ecologista presentó este estudio para denunciar que a pesar de las pérdidas humanas y económicas, así como la factura medioambiental como consecuencia directa de los incendios forestales, existe también «importantes dudas» acerca de las causas y motivaciones de los incendios en España.
Así, basándose en los datos del Ministerio de Medio Ambiente para el decenio 1996-2005, en informes de la Guardia Civil, en las 94 sentencias de audiencias provinciales y del Tribunal Supremo y en la causalidad de los «grandes incendios» -los que superan las 5.000 hectáreas de superficie-, Greenpeace ha elaborado ocho arquetipos de los mayores responsables, «para sacar del anonimato a los que están quemando los bosques españoles», explicaron.
Asimismo, la organización ecologista denunció que solamente el uno por ciento de los que queman los montes son detenidos, de los cuales sólo el 20 por ciento son condenados. Sin embargo, explicaron que, aunque la vía penal no debe ser la única ni la principal herramienta para prevenir los incendios, la detención y el consiguiente enjuiciamiento de los causantes está todavía por desarrollar.
Los ocho responsables
«No estamos demonizando al sector agrario. Estamos denunciando una actitud irresponsable», declaró el responsable de la campaña de bosques de la organización, Miguel Ángel Soto. Sin embargo, según los datos investigados por la organización, los agricultores son los más condenados por número de incendios provocados, pero «no por la superficie quemada» (13,9 por ciento), añadió Muñoz.
En segundo lugar se encuentra «el ganadero inconsciente» (21,5 por ciento de incendios), que, según el responsable del estudio, «utiliza el fuego como herramienta imprescindible para combatir el matorral». Asimismo, supera al agricultor en superficie quemada (26,5 por ciento) y cuya negligencia, según Muñoz, «afecta a áreas de montaña, donde la extinción es más complicada».
Le sigue «el mal cazador», que provoca fuegos para «favorecer a determinadas especies», ocasionando el 2,1 por ciento de los fuegos y el 4,37 por ciento de la superficie quemada. Asimismo, en cuarto lugar se encuentra «el imprudente», que con sus hogueras y colillas mal pagadas ocasiona el 6,7 por ciento e los incendios y el 7,8 por ciento de la superficie quemada.
Por su parte, «el pirómano», cuya actitud responde a causas psíquicas, provoca el 4,9 por ciento de los incendios y el 4,9 por ciento de la superficie quemada. Respecto a este arquetipo, Muñoz aclaró que en España existen entre 100 y 200 pirómanos a los que Medio Ambiente ha atribuido más fuegos de los que han cometido.
«El asocial conflictivo», que según la ONG es una persona altamente conflictiva, con problemas de integración social, «pero que no es un pirómano», explicó Muñoz, ocupa el sexto lugar de la lista con el 3 por ciento de incendios provocados y el 4,6 por ciento de la superficie quemada.
En penúltimo puesto se sitúa «el interesado», que responde al perfil del ciudadano que busca aprovecharse de los efectos negativos de los fuegos, como prolongar su contrato laboral o cobrar horas extra, como el causante del incendio del pasado mes de julio en Gran Canaria. Este es el responsable de 0,6 por ciento de los incendios y el 0,3 por ciento de la superficie quemada.
Por último, «don Importante» es, según Greenpeace, la persona que desde su despacho y con sus decisiones ha provocado el 2,6 por ciento de los fuegos que han originado el 6,7 por ciento de la superficie quemada.
Propuestas
Como solución para acabar con la impunidad de los incendiarios, Greenpeace propone en su informe una serie de medidas, como realizar mayor esfuerzo en el estudio de las causas que provocan los incendios forestales; llevar a cabo un seguimiento eficaz y coordinado de investigación policial; apelar a la colaboración ciudadana para identificar y enjuiciar a los responsables; o dotar a los fiscales de medios suficientes.
Asimismo, la organización ecologista propone una reforma del Código Penal con la intención de cambiar algunos tipos penales: considerar punible toda imprudencia relacionada con un incendio forestal; la posibilidad de sancionar a personas jurídicas como empresas e instituciones cuando cometan imprudencias; y establecer multas o sanciones directas para las personas jurídicas en aquellos casos en los que fuera demostrable su intervención en un delito de incendio forestal.