“El Estado y la comunidad deben apoyar a la gente discapacitada ante un desastre, especialmente a las mujeres”
Chantale tiene 28 años y ha vivido con una discapacidad durante más de la mitad de su vida. A pesar de no poder caminar, completó la educación secundaria y en la actualidad continúa estudiando, es profesora y directora de comunicación de la Iglesia Adventista de su ciudad.
Por si fuera poco, también lucha por los derechos de las mujeres discapacitadas en Haití, especialmente tras un desastre. Ella se siente completamente normal y cree que ya es hora de que el resto de la sociedad piense de la misma manera.
Chantale considera la educación de las niñas esencial, cree que contribuirá al desarrollo de su comunidad y las ayudará a alcanzar todo su potencial, tal y como le ha ayudado a ella.
“Apoyo la campaña de Plan Por Ser Niña y animo a los padres a enviar a sus hijos a la escuela, incluso si son discapacitados. Creo que es muy importante que los niños discapacitados participen en todas las actividades de sus comunidades porque la gente a veces olvida que deberían disfrutar de los mismos derechos que los demás”, dice Chantale.
El camino no ha sido nada fácil y Chantale aún se enfrenta con grandes dificultades; sin embargo, gracias a la ayuda de Plan Haití y la Fundación haitiana para la Rehabilitación, ahora es capaz de hacer frente a su discapacidad ya que ha sido entrenada para vivir con una diferencia.
Chantale lo tiene claro: su discapacidad no es un ningún impedimento “Sé que vivo con una discapacidad pero yo me considero una persona normal, soy capaz de cumplir con mi trabajo”.
Mientras que ella ha aprendido a vivir y aceptar su discapacidad, la sociedad haitiana no se lo ha puesto nada fácil. Por ejemplo, la accesibilidad en el transporte público, las escuelas o el entorno de trabajo es inexistente. “A pesar de haber pedido varias veces que tanto edificios públicos como privados sean accesibles a personas discapacitadas, no me han hecho caso. “Todos los días tengo que pedir ayuda a una persona para entrar en mi oficina y estoy cansada de esta situación”, asegura Chantale.
Además de mejores infraestructuras para personas discapacitadas, Chantale cree que la comunidad debería mostrar su apoyo para personas discapacitadas tras un desastre, también: “cuando tiene lugar un desastre, el Estado y la comunidad deben apoyar a la gente discapacitada, especialmente a las mujeres que viven con una discapacidad física en los momentos de la evacuación”.
Para Chantale, pensar en los niños y niñas con discapacidad tras un desastre es esencial: “en casa mis padres tienen un plan de emergencia y siempre estoy pendiente de los medios de comunicación para saber qué hacer ante una emergencia. Los demás deberían hacer lo mismo”.