Greenpeace demuestra el rechazo mundial a los transgénicos
La organización ecologista Greenpeace, hizo público el documento “Rechazo mundial a los transgénicos. 2006”, que ofrece sólidas evidencias de que la oposición a los cultivos transgénicos sigue creciendo, entre agricultores, consumidores y gobiernos. El documento de Greenpeace se conoce antes del esperado informe anual del Servicio Internacional para la Adquisición de Programas Agro-biotecnológicos (ISAAA en sus siglas en inglés), un grupo de expertos ampliamente financiado por la industria agroquímica.
“Existen evidencias irrefutables(1) de que Gobiernos, agricultores y consumidores reconocen que los transgénicos no son fiables, son inviables y directamente peligrosos” ha afirmado Jeremy Tager, responsable de campaña de Transgénicos de Greenpeace Internacional. “La reacción del mercado al reciente escándalo del arroz contaminado por transgénicos ha provocado que algunos países estén prohibiendo totalmente los cultivos transgénicos. Rumania, por ejemplo, que en 2005 cultivó cerca de 85.000 hectáreas de soja modificada genéticamente (MG), este año no cultivará nada, de acuerdo con la nueva política del Gobierno que ha prohibido el cultivo de soja MG”.
La demostración más significativa del rechazo a los transgénicos fueron las consecuencias derivadas del escándalo de contaminación con el arroz LL601 de Bayer. En agosto de 2006, el Gobierno de EE.UU. anunció que se habían detectado cantidades significativas del arroz de grano largo contaminadas por una variedad modificada genéticamente que no estaba autorizada (LL601). La noticia provocó reacciones encontradas de agricultores y procesadores de arroz, así como de Gobiernos por todo el mundo.
Rakesh Tikait, portavoz nacional de la Bharathiya Kisan Union (BKU), una de las mayores organizaciones de agricultores de la India fue tajante en su condena de los cultivos MG diciendo que “la amenaza del modo de vida de los agricultores en India es evidente. Ejemplos del fallo del algodón Bt, que nos llegan de todo el país, demuestran que esta tecnología no es segura ni para los seres humanos ni para el medio ambiente, y que no puede ser ni controlada ni regulada. Consideramos la amenaza bastante seria como para garantizar la destrucción de los campos experimentales de arroz MG para parar así su introducción y protegernos”.
Agricultores de arroz en California consideran que los productores de arroz estadounidenses han sufrido una gran quiebra financiera cuando se detectó la contaminación del arroz por variedades que no estaban autorizadas. Además, aseguran que sus clientes no quieren el arroz modificado genéticamente.
El ISAAA puede defender que la ingeniería genética ha sido un éxito, con incrementos consistentes en la superficie total global. Sin embargo, la reacción global a la contaminación por el arroz de Bayer en 2006 ofrece un contraste obvio con la imagen que quieren presentar. La industria biotecnológica no será capaz de convencer a los consumidores para consumir arroz MG, trigo, berenjena, o cualquier otra cosa. Los Gobiernos de los países implicados están poco dispuestos a permitirlos, los agricultores no quieren cultivarlos y los consumidores no quieren comprarlos, por lo que está ampliamente claro que la ingeniería genética no tiene cabida en el futuro.
“Los datos del ISAAA respecto a España son poco fiables. De hecho, el pasado año atribuyeron a España el doble de hectáreas cultivadas de las que ofrece el Ministerio de Agricultura”, ha declarado Juan López de Uralde, director ejecutivo de Greenpeace España. “Incluso los datos ofrecidos por el propio ministerio carecen de fiabilidad, ya que no existen registros públicos y se basan en datos de venta de semillas proporcionados por las empresas y no en las siembras reales”, concluyó.