Greenpeace exige que se mantenga parada Vandellòs hasta que se revise íntegramente
EP/Madrid
La organización ecologista Greenpeace exigió al Consejo se Seguridad Nuclear (CSN) que no permita la puesta en marcha de nuevo de la central de Vandellòs II (Tarragona) si no se cambian los otros 100 tornillos que cumplen la misma función que el que se desprendió provocando una parada no programada el pasado 29 de marzo.
Los técnicos de la central localizaron finalmente el pasado lunes día 3 de abril la pieza suelta que provocó los ruidos que aconsejaron la detención del reactor: un tornillo de cuatro centímetros de largo por dos de diámetro, de los que sujetan los tubos de protección de las barras de control del núcleo.
Según Greenpeace, esas barras «son elementos esenciales de seguridad», ya que «sirven para parar la reacción en cadena en el núcleo del reactor en caso de accidente», por lo que «si se permite arrancar la central, cualquiera de los más de 100 tornillos restantes podría desprenderse en cualquier momento y las consecuencias de ello serían impredicibles».
La organización ecologista pidió a través de un comunicado que la central «se pare el tiempo necesario, ya sean meses o años, para hacer una revisión íntegra y completa de sus condiciones de seguridad y corregir plenamente las múltiples deficiencias de las que adolece», ya que, según Greenpeace, «la rotura del tornillo no es fruto de la casualidad», sino consecuencia de «muchos años de hacer caso omiso al progresivo deterioro de los componentes de seguridad de la central, dando prioridad al beneficio económico».
Greenpeace concluye pidiendo que el CSN «no ceda al chantaje de la industria nuclear y permita que Vandellòs II arranque de nuevo», sino que sancione «de manera ejemplar» a la central. Está previsto que la central vuelva a ponerse en marcha a partir de finales de esta semana.