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Guía para luchar contra la corrupción

16 de septiembre de 2015 | Todas

Transparencia
Internacional
, preocupada por la susceptibilidad de la ayuda
humanitaria de implicarse en casos de corrupción, ha lanzado una guía con
situaciones posibles y consejos para que los trabajadores humanitarios tengan
herramientas para luchar contra este problema.


La guía pone varios ejemplos sobre cómo la corrupción puede dañar a los
afectados por un desastre, y estudia situaciones que incluyen la sucedida en
2002 y que afectó a más de 40 agencias en África Occidental, que se vieron
implicadas en un caso en el que los trabajadores humanitarios pedían relaciones
sexuales a cambio de dar la ayuda alimentaria u otro caso en el que se
descrubrió que los jefes de varias aldeas indias privaron de la asistencia
alimentaria a los más vulnerables.


La ayuda humanitaria es susceptible a la corrupción ya que
los influjos repentinos de dinero y suministros tienden a inundar las zonas con
muy escasos recursos, por lo que la ayuda debe ser suministrada con rapidez, y a
lo que se une que muchos países proclives a los desastres tienen instituciones
frágiles que se debilitan aún más cuando se ven golpeados por las crisis, señala
Transparencia.


La corrupción ya es endémica en muchas zonas de desastre, afirmó una de las
consejeras de esta organización, Rosslyn Hees, quien subrayó que hay una fuerte
correlación entre los países destinatarios de los llamamientos de emergencia de
la ONU y los países con bajos resultado en su índice anual de corrupción.


La guía también aconseja a los trabajadores humanitarios sobre cómo deben
luchar contra la corrupción, incluida la forma de seguir el rastro de los
recursos, detectar las desviaciones de las ayudas y enfrentarse a la
extorsión
. Entre las herramientas, las denuncias de las políticas y la
evaluación y control de los programas.


La idea de escribir esta guía surgió después del tsunami de 2004, cuando
Transparencia se dio cuenta de que las agencias humanitarias no tenían
estrategias sobre la corrupción ni la investigaban, según declaró Hees a la
agencia de noticias humanitarias de la ONU, IRIN. «No había una base y nadie
hablaba sobre ello», afirmó.


Las agencias de ayuda humanitaria eran conscientes de que existía el problema
de la corrupción «pero nadie lo reconocía», explicó esta consejera. Al menos
siete ONG —ActionAid, CARE International, Catholic Relief Services,
Islamic Relief Worldwide, Save the
Children USA
y World
Vision
— colaboraron con la guía y ahora están intentando
introducir las reformas para eliminar la corrupción.


Luchar contra la corrupción debería ser algo que ya estuviera hecho antes de
que se produjera una emergencia, indicó Hees. «Muchos países experimentan
desastres repetidos como huracanes e inundaciones o problemas crónicos como las
sequías, así que a menudo sabemos dónde van a suceder los desastres y cuáles son
las respuestas que están en riesgo de contaminarse con la corrupción», explicó.
«Sólo tenemos que prepararnos», subrayó.