Intervención de emergencia de Acción contra el Hambre en Níger
La falta de cosechas y de pastos derivadas de la fuerte sequía que padece Níger ha generado que la hambruna se extienda de manera alarmante por el país. Una de las zonas más afectadas es la región de Mayahi, al sur, donde Acción contra el Hambre ha decidido poner en marcha un plan de emergencia para ayudar a 40.000 personas gravemente afectadas por la situación.
Se están agotando las reservas de alientos que tenían de la última cosecha y empiezan a estar en situación de riesgo los más pequeños, que padecen ya niveles de desnutrición aguda en un 13% y de desnutrición aguda severa en un 2,3%. Ambas cifras superan ya el umbral de emergencia, de ahí que la organización haya actuado con rapidez para tratar a los pequeños y distribuir dinero para alimentos y víveres a las familias que más se están viendo afectadas.
Acción contra el Hambre ha actuado de manera conjunta, en una campaña financiada por la Comisión Europea y el Programa Mundial de Alimentos. “Estamos reforzando el tratamiento de los centros de nutrición, dotándolos de instalaciones adecuadas de agua y saneamiento para evitar que las condiciones de salud empeoren aún más”, señala Naimey Lucas Honauer, director país de Acción contra el Hambre en Níger.
De forma paralela se están empezando a distribuir raciones de alimentos. Se reparten kits de comida que llevan cereales, aceite, judías y sal para cuatro meses. Se distribuye dinero para que puedan comprar alimentos que están disponibles a precios más inasequibles para los hogares especialmente vulnerables.
Otra tercera línea de actuación de Acción contra el Hambre se está centrando en el refuerzo psicosocial. “A medida que se recupera el metabolismo y se aceptan los alimentos por parte de los pequeños, se pone en marcha una serie de técnicas de refuerzo psicomotor, de animación a través del juego y de refuerzo afectivo. A menudo se infravalora que las madres pasen tiempo estimulando y jugando con sus hijos pero eso tiene un enorme valor a la hora de la superación”, apunta Honauer.
En Níger se está dando uno de los peores escenarios posibles. La sequía de 2017 está dejando graves consecuencias en la salud de una población seriamente afectada por la escasez de alimentos.