INTERVIDA alerta de que en 2015 Bolivia sólo habrá alcanzado uno de los siete Objetivos del Milenio
El logro de los Objetivos del Desarrollo del Milenio incluye la erradicación de la pobreza extrema y el hambre, la universalidad de la educación primaria, la reducción de la mortalidad infantil y la mejora de la salud materna para el año 2015. En Bolivia, los avances que se han producido para lograr estos Objetivos son insuficientes y a un ritmo inferior al necesario, por lo que resulta improbable que se cumplan seis de los siete objetivos marcados por Naciones Unidas. Ante esta situación, INTERVIDA trabaja en el país con proyectos que aproximen el logro de estas metas y mejoren las condiciones de vida de miles de personas.
Es muy difícil que Bolivia consiga erradicar la pobreza extrema y el hambre de aquí a 2015. Con una población de nueve millones de personas, el país tiene 5,8 millones de pobres, lo que equivale a más del 63% de la población. Esta cifra continúa aumentando y, según el PNUD, cada año casi 175.000 bolivianos se suman al conjunto de personas que no cuentan con ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas. Si continúa esta progresión, se prevé que en 2015, cuando cumple el plazo para el logro de los Objetivos, la pobreza extrema se encontrará diez puntos porcentuales por encima. Al carecer de ingresos, resulta imposible adquirir los alimentos necesarios para una correcta nutrición; de hecho, el 50% de los niños menores de 5 años de los hogares más pobres padecen desnutrición crónica.
Pese a que en los últimos años se ha trabajado para lograr la enseñanza primaria universal, los altos niveles de deserción escolar hacen muy difícil alcanzar la meta. Aunque los índices de cobertura educativa son relativamente altos, se prevé que en 2015 sólo el 81% de los alumnos finalice la educación primaria, un porcentaje que en el área rural se reduce hasta el 57,7% de los alumnos. Además, la calidad de la educación es aún baja y se encuentra por debajo del promedio latinoamericano, según las evaluaciones de la UNESCO.
Tampoco en el ámbito de la salud se han producido los avances necesarios que permitan reducir los índices de mortalidad infantil y materna y la incidencia de epidemias. En Bolivia, la mortalidad de menores de 5 años es de 66 muertes por 1.000 nacidos vivos, lo que impone la necesidad de avanzar más rápido en la próxima década. Además, existen disparidades entre el área urbana y la rural, donde la tasa de mortalidad de la niñez es aproximadamente dos veces superior a la calculada para las zonas urbanas.
También las muertes por causas relacionadas con el embarazo y el parto siguen siendo un grave problema de salud pública. La cifra oficial sobre mortalidad materna sigue siendo de 390 por 100.000 nacidos vivos aunque, según datos de la Organización Mundial de la Salud, esta cifra se eleva hasta 420. Uno de los factores de mayor incidencia en la morbilidad y mortalidad materna es precisamente la falta de atención del parto por personal calificado. En Bolivia la cobertura de atención profesional del parto es del 67%, pero entre la población más pobre no llega al 20%, muy por debajo del umbral mínimo de 90% de nacimientos con atención calificada establecido como meta. Los problemas más severos se presentan en las zonas más pobres, donde las mujeres tienden a atender su salud con métodos tradicionales o en sus hogares.
Por otro lado, las poblaciones que residen en las áreas rurales y en los suburbios urbanos tienen que hacer frente a elevados riesgos de enfermedades epidemiológicas debido a las precarias condiciones de vida y a la escasa disponibilidad de servicios de salud, agua y saneamiento básico. Este riesgo se reduciría si aumentara la cobertura de saneamiento básico, unos servicios a los que más de tres cuartas partes de la población boliviana no tienen acceso.
Por tanto, si continúa la actual tendencia, Bolivia sólo habría conseguido el Objetivo de promover la igualdad de género, puesto que a día de hoy la brecha entre niños y niñas que acceden a la educación primaria está casi superada y sólo se observan diferencias en educación secundaria.
Desde 1995, INTERVIDA trabaja en Bolivia en las áreas de educación, producción, salud, organización comunitaria, seguridad alimentaria, cultura, energías renovables e infraestructura, desarrollando proyectos de desarrollo integral en 311 comunidades y apoyando a más de 70.000 niños y a sus familias.