INTERVIDA apuesta por la creación de once Centros de Servicios Empresariales para mejorar la economía de 5.300 campesinos peruanos
Madrid (06/02/2007). Pese a que Perú se considera un país de desarrollo humano medio, algunas de sus regiones tienen realidades equiparables a las de los países con los índices más bajos de desarrollo humano. El 54,3% de la población peruana se encuentra en situación de pobreza, mientras que el 23,9% se halla en estado de extrema pobreza. Sin embargo, estas cifras muestran elocuentes variaciones según la región del país. Así, el 50,3% de la población rural está en situación de pobreza extrema, una condición que afecta sólo al 9,7% de la población urbana. Para cambiar esta situación y mejorar la economía de los agricultores y pastores peruanos, INTERVIDA ha puesto en marcha los Centros de Servicios Productivos Empresariales, que facilitan información de mercado, asistencia técnica y capacitación a los productores de la zona, con el fin de que obtengan mayores beneficios por su trabajo.
Los campesinos de las zonas indígenas chancas, quechuas y aymaras dependen de la agricultura y la crianza de animales para la subsistencia. Sus actividades se destinan a la satisfacción del consumo familiar con muy pocos excedentes para la comercialización. Los cultivos son empleados como fuente de alimentos para la familia, siendo también utilizados como trueque por otros alimentos y productos.
Sin embargo, en muchos casos, la producción no permite cubrir ni siquiera el autoconsumo. El fraccionamiento de las tierras, su limitada asistencia técnica y la vulnerabilidad ante fenómenos naturales provocan con frecuencia bajas producciones que llegan a poner en riesgo la seguridad alimentaria de esas familias.
Una de las principales causas de esta escasa producción es la falta de capacitación de los campesinos. La presión ejercida sobre los recursos y su inadecuado manejo originan que la productividad de sus fincas sea baja. Esto, unido a la insuficiente capacidad de asociación entre los procesos de transformación y comercialización, hace que obtengan precios muy bajos por sus excedentes, lo que limita sus capacidades empresariales.
Conscientes de esta situación, los equipos del sector de Producción de INTERVIDA han invertido sus esfuerzos en ejecutar actividades agropecuarias. En ese sentido, ya se han implantado invernaderos, granjas de cobayas y módulos de abonos orgánicos en centros educativos. También se están desarrollando en las comunidades campesinas actividades destinadas a mejorar los sistemas productivos.
Estos programas han permitido dar un nuevo impulso a la economía de estos campesinos gracias a la creación de once Centros de Servicios Productivos Empresariales, que brindan servicios de producción agropecuaria y facilitan información de mercado, asistencia técnica y capacitación a las asociaciones de productores y al público en general.
Estos Centros, de los que ya se benefician cerca de 5.300 personas, permiten que las familias cuenten con capacidades organizativas y empresariales en el procesamiento de sus productos. Esto se consigue mediante la capacitación y la asistencia técnica, la puesta en marcha de cadenas productivas, la promoción de espacios comerciales y el acceso a servicios de información sobre los mercados. De esta forma, los beneficiarios incrementan su producción y sus beneficios económicos, gracias a la comercialización de sus excedentes.
Cada Centro se adecua a las necesidades de los productores que acuden a ellos. De esta forma, se dedican a actividades como el engorde de ganado, acopio y selección de maíz, o permiten la utilización de máquinas como trilladoras o empacadoras, en función del tipo de actividad que realicen los campesinos. Hasta el momento, se han realizado experiencias exitosas de comercialización de ganado de engorde (Puno); fríjol y papas (Andahuaylas); cobayas y miel de abeja (Cusco). Además, se ha posibilitado la participación de los productores en ferias locales, regionales y nacionales.