INTERVIDA denuncia que en Malí el 30% de los hogares rurales no disponen de un saneamiento básico
Madrid (14/05/2008). En Malí, como en la mayoría de los países en desarrollo, las condiciones de higiene y saneamiento están caracterizadas por una insuficiencia en el uso doméstico del agua potable y un acceso escaso a las infraestructuras para la evacuación de excrementos. Según la Encuesta Demográfica de Salud en Malí (EDSM III) el 23% de los hogares no disponen de letrinas, y si nos centramos en los hogares rurales, ese porcentaje asciende hasta el 30%, mientras que en la zona urbana es sólo del 2%.
A pesar de que un 42% de los hogares tienen acceso a agua potable, la mayoría de ellos utilizan el agua procedente de los pozos para su consumo. Además, solamente el 8% de los hogares tienen agua corriente en sus hogares y alrededor del 5% de los mismos se abastecen con agua procedente de ríos o charcas.
El hecho de disponer de agua limpia y de letrinas seguras puede transformar la vida de millones de niños y niñas. Más que ningún otro colectivo, ellos son vulnerables a los riesgos que trae consigo el agua contaminada, un saneamiento escaso y una higiene inadecuada. La combinación de factores como el uso de agua no potable, la falta de agua para lavar y cocinar y la falta de acceso a instalaciones de saneamiento es la causa de aproximadamente el 88% de las muertes por enfermedades diarreicas, lo que equivale a más de 1,5 millones de muertes al año, según se despende del Estado Mundial de la Infancia 2008.
La diarrea acaba con la vida de millones de niños cada año y las malas condiciones sanitarias y la falta de agua se encuentran entre las causas latentes de los 10 millones de muertes infantiles anuales que hay actualmente en el mundo, y casi la mitad de ellas se producen en el África subsahariana.
Simples acciones como lavarse las manos con jabón o cenizas podría prevenir muchas muertes cada año. La mejora de las prácticas en el hogar comprende medidas como el uso regular de un retrete o una letrina por parte de todos los miembros del hogar; la eliminación segura de las heces de los niños; el lavado de las manos con jabón o cenizas después de defecar y antes de comer; y la instalación de fuentes de agua potable en los hogares y comunidades. Dotar a las comunidades del conocimiento y los recursos suficientes para poner en práctica estas medidas básicas el hogar constituye un primer paso fundamental en el camino hacia la mejora del saneamiento y la higiene.
Con la creación y mejora de instalaciones sanitarias enfermedades relacionadas con la diarrea, que acaban con la vida de millones de niños al año, se reducirían en más de una tercera parte. Además de mejorar las condiciones sanitarias ambientales, este tipo de medidas contribuiría en gran parte al desarrollo económico y social de los países afectados.
La insuficiencia en los servicios esenciales básicos, unido a comportamientos y prácticas inadecuados en materia de higiene son causa, en gran parte, de la elevada incidencia de las enfermedades causadas por las malas condiciones del agua, que contribuyen de manera importante a la mortalidad de los niños menores de 5 años por neumonía, complicaciones neonatales y desnutrición.
Precisamente para evitarlo INTERVIDA en Malí ha puesto en marcha el proyecto ‘Higiene y Saneamiento en el entorno escolar y comunitario’. A través de él se procede a la información, sensibilización y formación de las comunidades para conseguir un cambio en el comportamiento en materia de higiene y saneamiento.
El fuerte dominio de enfermedades vinculadas a la higiene y el saneamiento no pueden ser solucionados únicamente a través de medidas curativas, sino que es necesario realizar acciones para que tengan impactos duraderos en el tiempo interviniendo directamente en la población con el fin de conseguir un cambio de comportamiento más sano. Precisamente, INTERVIDA, consciente de este hecho, también patrocinará representaciones teatrales y concursos, como el ‘Escuelas limpias, Escuelas sanas’.
Los niños serán los protagonistas al actuar como mensajeros en materia de salud y de higiene, al ser formados previamente, se convertirán en portavoces y mensajeros de buenos comportamientos en materia de saneamiento e higiene con sus compañeros, su familia y con la población en general.
