INTERVIDA inicia acciones de seguridad alimentaria en una zona de extrema pobreza en El Salvador
Madrid (26/10/2007). En los municipios de Villa Delicias de la Concepción, Osicala, Gualocoti, San Simón y San Isidro, del departamento Morazán -donde INTERVIDA comenzó a trabajar y llevar a cabo proyectos de desarrollo el año pasado- las familias viven en extrema pobreza. Además, es necesario luchar contra la inseguridad alimentaria, con especial atención a los más pequeños, ya que los niveles de desnutrición infantil oscilan entre un 20% y un 30%, según cifras de la Encuesta Nacional de Salud Familiar 2002 -2003.
A la pobreza de esas comunidades se suma que los sistemas de producción no generan alimentos en cantidad y calidad suficiente porque carecen de la tecnología adecuada, de controles de plagas y enfermedades, y de las prácticas necesarias para conservar el suelo y agua. Todo ello repercute en las familias y especialmente en los niños, que sufren las consecuencias de no estar bien nutridos: retraso en su desarrollo físico e intelectual, enfermedades y bajo rendimiento escolar, entre otras.
Ante esta situación, INTERVIDA, ha decidido poner en marcha el proyecto `Seguridad Alimentaria y Nutrición´, que contempla tres actividades: fincas y huertos diversificados, para que las familias produzcan cultivos básicos y exploten animales como aves y cerdos; atención integral en nutrición, que identifica y trata las deficiencias alimentarias en niños y embarazadas; y granjas integrales comunitarias.
En la actualidad, ya están funcionando cuatro granjas agropecuarias con el objetivo de asegurar una alimentación rica en proteínas, vitaminas y minerales provenientes de la carne, huevos, frutas y hortalizas, utilizando además la tecnología apropiada. Esta actividad permite mejorar la dieta de cerca de 1.000 niños, entre estudiantes y pequeños en edad preescolar que no asisten a la escuela, y de mujeres embarazadas. En la primera mitad de 2007, se han producido más de 1.100 kilogramos de carne de pollo y más de 10.700 huevos.
Estas granjas funcionan también como centros de enseñanza en producción y preparación de alimentos para padres y madres, alumnos, docentes y productores. Para la gestionarlas, INTERVIDA trabaja junto con asociaciones y agrupaciones locales ya establecidas en la comunidad -que son quienes designan, junto con las familias, el espacio donde se instala la granja- para garantizar su administración y sostenibilidad. La meta es poner en marcha en los próximos tres años un total de diez granjas.
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