Japón continúa el rescate y teme los efectos de la radioactividad
Ya han pasado casi dos semanas desde que el terremoto de nueve grados en la escala de Richter y posterior tsunami azotara el país nipón. Hasta ahora, el balance de fallecidos asciende a 9.079 a los que se unen los 12.877 desaparecidos según ha informado la Agencia de Policía Nacional del país.
Del total de fallecidos, 5.244 pertenecen a la prefectura de Miyagi, la más afectada por el seísmo; 2.650 a la de Iwate; y 699 a la de Fukushima. Hasta el momento han sido identificados 3.550 cadáveres. Pero aún son muchas las familias que además del sufrimiento tienen sentimientos encontrados entre dar por desaparecidos a sus seres queridos y hacerles un ritual simbólico o mantener las esperanzas hasta el final.
Pese a esta catástrofe natural y humanitaria sin precedentes, los equipos de rescate confían en que la mayoría de las personas desaparecidas sean unos 500.000 supervivientes que se encuentren aislados en los 2.300 refugios que existen en las costas. Los cuales podrían estar sufriendo las consecuencias del temporal de nieve que estos días azota la zona. El resto de habitantes del país abordan situaciones en la que la falta de alimentos, bebida y ropa empieza a ser crítica.
Peligro nuclear
Todos los incidentes ocurridos en cuatro de los seis reactores en la central nuclear de Fukushima han hecho saltar todas las alarmas dentro y fuera de Japón. La situación ha cambiado constantemente y en ella se ha vivido incendios, fugas, evacuaciones… Pero gracias a la rápida actuación (en la medida de lo posible) de las autoridades siempre ha estado controlado.
La última hora abordaba la evacuación de los trabajadores de Fukushima debido a la humareda que sale del reactor número tres, uno de los más afectados por el terremoto ya que ha sufrido un incendio y una grieta en la estructura de contención que provocó una gran columna de humo blanco y es el que más ha costado enfriar tras el comienzo de la crisis.
Sus responsables esperan volver a su interior lo antes posible para conseguir tener controlado en todo momento los seis reactores. Los técnicos de la empresa pudieron confirmar que el humo que salía de los reactores dos y tres horas antes se ha transformado en vapor. Y que ya han logrado reestablecer el suministro eléctrico en los reactores 1 y 4. Pero desde la Agencia de Seguridad Nuclear japonesa se ha asegurado que no ha habido cambios importantes en los niveles de radiactividad.
Contaminación radioactiva en los alimentos
Pese al control momentáneo de la actividad en la central, los efectos de la radioactividad empiezan a ser mayores de lo que en un primer momento se pensaba. Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se advierte de la detección de contaminación radioactiva en los alimentos de las zonas afectadas.
Las autoridades japonesas han asegurado que no reviste problemas para la salud, pero la detección de radiación en vegetales, áridos, leche y agua ha afectado a los mercados de alimentos regionales. Por lo que el Gobierno ha prohibido la venta de leche fresca procedente de la prefectura de Fukushima y de espinacas producidas en otras zonas próximas. Así, en estos días se anunciarán nuevas restricciones alimentarias.
El control de la situación y del miedo por parte del gobierno nipón y los habitantes de este país está siendo ejemplar. Mientras continúa el rescate y el miedo de los efectos que traerán los incidentes en las centrales nucleares, cada vez son más los países, anónimos y ONGs que se unen para ayudar a este país a superar esta catástrofe.