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La inestabilidad en Mali afecta la educación de la infancia

16 de septiembre de 2015 | Todas

Tras más de un año del conflicto en Mali, los combates persisten en algunas zonas del Norte del país. La situación continúa inestable por la aparición de nuevas bandas que impiden la llegada de suministros de alimentos, atención médica y ayuda humanitaria en general. Los accesos de servicios básicos (agua, electricidad, educación y salud) siguen siendo limitados, pues los funcionarios y la infraestructura también continúan afectados.

Cerca de 700.000 niños y niñas han visto irrumpido su proceso educativo. De ellos, 200.000 aún no han tenido la oportunidad de reengancharse al sistema escolar.

“Durante nuestros primeros días aquí estaba todo el día en casa. Pasaron unas semanas hasta que me consiguieron un colegio, y en ese tiempo pude saber lo que se siente por la deserción escolar, siempre en casa, haciendo nada, sin aprender en absoluto y básicamente sin futuro». Habdine, un joven de 17 años, se desplazó junto con su familia de la ciudad de Kidal a Segou, abandonando su vida y sus estudios.
El conflicto está afectando especialmente a las niñas . Muchas de ellas desde el pasado año, han vivido situaciones de dificultad no sólo viéndose obligadas a abandonar sus estudios o desplazarse, sino, sufriendo violencia física y psicológica e incluso siendo forzadas a casarse.

Desde el inicio del conflicto PLAN ha trabajado en las regiones de Segou, Mopti y Tombuctú, afectadas por la inestabilidad política y la violencia, para que niños y niñas no pierdan la continuidad de su educación, a través de diversas actividades entre las que destacan la entrega de 2.298 kits escolares, la rehabilitación de 25 escuelas, la capacitación de más de 200 profesores y clases de recuperación a más de 3.600 niños y niñas. Además en colaboración con sus socios locales se han establecido ocho espacios de seguridad para los niños y niñas en los que los menores tienen la oportunidad de retomar sus clases en escuelas semipermanentes, y de recibir apoyo psicológico para liberarse de los traumas que han adquirido.

PLAN continúa trabajando además en Burkina Faso y Níger, países colindantes a los que ha migrado buena parte de la población desplazada por el conflicto.