La madre biológica de Joan abraza de nuevo al hijo que le arrrebataron
El niño Joan de cuatro años, preadoptado desde hace dos años y medio por Noelia Estornell y Albert Bordes, finalmente ha sido entregado por orden judicial a su madre biológica, María José Abeng. La madre biológica afirma que Joan está bien y tranquilo, pero pide respeto para poder recuperar el tiempo perdido con su hijo y sobre todo para que se adapte a la nueva situación.
La situación de María José durante el proceso judicial ha sido criticada y manipulada hasta que ha decidido hablar a través de la red social de su abogada, quién desde el primer momento la ha apoyado y defendido hasta conseguir la sentencia favorable de la Audiencia Provincial de Asturias. «Soy española, aunque mi piel sea negra», así empieza la carta de Abeng, la joven Guineana de 19 años. En la carta relata su historia desde que a los 11 años tuvo la “maravillosa” idea de acudir a la Guardia Civil para que la afirmaran a su madre que ella era “europea”, ya que su madre siempre la decía que era guineana. Ese mismo día la inocencia la llevó a su peor pesadilla, el centro de acogida donde fue declarada en desamparo. Allí soñaba siempre con un príncipe que la rescatara de los dragones, pero esto nunca ocurrió. A los 14 años se quedó embarazada “de una persona que ni era príncipe, ni era azul, todo lo contrario”, nadie se dio cuenta de su embarazo hasta que en una de las visitas su madre se dio cuenta de que su tripa no era normal. Una niña inocente que ni si quiera sabía que estaba embarazada. «Qué curioso que los servicios sociales que querían protegerme de mi propia madre no pudieran protegerme de un embarazo y ni siquiera se dieran cuenta de que una vida crecía dentro de mí», añade María José. También relata que en aquel momento los responsables del centro «muy cordialmente» la informaron de que ese niño iba a ser dado en adopción.
No quería que le quitaran a su hijo, por lo que la joven decidió huir de España con la ayuda de su familia y trasladarse a Guinea, aunque finalmente regresó convencida por un abogado, quien la prometía que a su hijo no le iba a pasar nada, pero sino volvía su madre iba a tener problemas legales.
Viajó a España donde nació Joan y al dar a luz le arrebataron a su bebé sin ni si quiera verlo. María José estuvo ingresada y posteriormente volvió al centro de acogida y podía ver a su bebé una vez a la semana, después una hora, luego a los nueve meses, hasta que finalmente suspendieron la visitas.
María José alude en la carta que la respuesta del Centro de Menores del Principado es que el niño estaría mejor con unos padres adoptivos que con su madre biológica en un centro de menores. «Que le puedan dar todo lo que tú querrías, pero no estás en condiciones», notificaba la sección.
La joven no ha estado de brazos cruzados todo este tiempo, ha estado buscado abogados que defendieran su causa, pero sin tener éxito. Hasta que finalmente llegó a su vida Nieves Ibáñez, la abogada que ha estado a su lado todo este tiempo hasta que ha recuperado a su hijo.
Finalmente la Audiencia de Oviedo resolvió el caso a su favor, pero no todo fue tan fácil, ya que los padres preadoptivos no acudieron a la cita en Sueca (Valencia) para devolverle a su hijo. Añade que la Guardia Civil tardó un mes en localizarlos para concretar otra cita a la que tampoco acudieron hasta que fueron advertidos de su detención si no se presentaban.
«¿Y ahora vienen ustedes a hacer todo este circo mediático en el cuartel de la Guardia Civil, con ambulancia, manifestación, mentiras, calumnias y difamaciones cuando yo podía haber instado su detención, negándome a ello por entender su propio dolor?», escribe en la carta María José cansada de las mentiras y difamaciones que ha tenido que escuchar del abogado de la pareja, Enrique Vila. La joven asegura que ni es alcohólica, ni drogadicta y mucho menos maltratada por su pareja como bien defendía el abogado.
Abeng manifiesta que los padres preadoptivos no deben volcar en ella su dolor y rabia, ya que ella no dio a su hijo en adopción, sino que se lo “arrebataron” y solo es «una madre que ama por encima de todo a su hijo» y que no ha dejado de luchar por él.»Sólo soy una chica española de origen guineano que ya no quiere ser europea y que lo único que desea es estar feliz con su hijo. Y mi hijo no se llama Joan (en valenciano) ni Xuanín (en asturiano). Se llama Juan Francisco», y así concluía María José Abenmg la carta tras haber recuperado su hijo.
*Foto de la Razón