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Las marcas de ropa pagan millones a deportistas, mientras vulneran los derechos del trabajador

16 de septiembre de 2015 | Todas

EP/Madrid
Bajo el lema ‘¡Fuera de juego!’ la ONG Intermón Oxfam (IO) lanzó un mensaje de denuncia en relación a las grandes marcas deportivas internacionales que «pagarán millones a las estrellas del Mundial de Fútbol»,-que comenzará el próximo 9 de junio en Alemania-, mientras vulneran los derechos laborales básicos de sus trabajadores.

Mientras estas firmas se preparan para mostrar sus ‘mejores galas’ en el próximo Mundial dentro de sólo dos semanas, muchos de los trabajadores que producen sus prendas en Asia «no puede cubrir sus necesidades básicas y sufren discriminación, despidos o violencia cuando intentan crear sindicatos o reivindicar sus derechos de manera colectiva», según señala un nuevo informe de Oxfam Internacional, -Intermón Oxfam en España-.

El documento ‘¡Fuera de Juego!: Derechos laborales y producción de ropa deportiva en Asia’, resalta que, mientras los futbolistas de elite y otros deportistas profesionales están representados por las asociaciones de jugadores, la mayor parte de los trabajadores asiáticos que fabrican las prendas que visten «no pueden reclamar aumentos salariales ni mejoras laborales de forma colectiva».

El 80% de estos trabajadores «son mujeres provenientes de comunidades pobres, que en su mayoría sustentan a sus hijos y familia». Según el Informe, ninguna de las grandes marcas deportivas «está haciendo suficiente para solucionar este problema».

«En 2004 la Alianza Juega Limpio, que incluye a Oxfam Internacional, Campaña Ropa Limpia y sindicatos, retaron a estas empresas a que mejoraran las condiciones laborales, pero lamentablemente poco ha cambiado», explica la coordinadora del Área de RSC de Intermón Oxfam, Isabel Tamarit.

El derecho de los trabajadores a crear sindicatos «es fundamental para lograr las grandes mejoras que se necesitan en las fábricas, pero muchas marcas siguen sin querer mover balón en este tema», añade.

Denuncias con nombres propios

El Informe, -fruto de una investigación de un año a doce marcas deportivas-, desvela que marcas como FILA, una de las mayores empresas estadounidenses patrocinadoras del tenis mundial, «ocupa el último puesto en la liga del respeto a los derechos sindicales, y ha sido incapaz de corregir los serios abusos laborales en su cadena de producción».

Uno de los casos recogidos en el estudio revela así que un proveedor de calzado deportivo de este marca en Indonesia, con una terrible reputación de abusos laborales, cerró la fábrica súbitamente y sin previo aviso. Un año después ninguno de los 3.500 trabajadores había recibido los pagos atrasados ni indemnización por despido. «FILA se niega a comentar su papel en este cierre ni a responsabilizarse por los trabajadores despedidos», afirma IO.

Asimismo, el Informe revela que Reebok «es la que más ha hecho por respetar lo derechos de los trabajadores de prendas deportivas en Asia», mientras que otras grandes firmas como Nike, Adidas, Puma y ASICS, sólo «han hecho algunos avances». Sin embargo, la actuación de la industria deportiva en su conjunto «sigue siendo muy pobre», según la ONG. En la misma línea, un proveedor de Adidas en indonesia despidió recientemente a 33 trabajadores sindicalistas que participaron en una huelga legal para reclamar un aumento de sueldo que les permitiera afrontar las dramáticas subidas del coste de vida en aquel país.

La fábrica Panarub de Adidas, cerca de Jakarta, produce las zapatillas deportivas ‘Predator pulse’ promocionadas por los jugadores del Real Madrid David Beckham, Zinedine Zidane y Raúl y las botas ‘+F50.6 Tunit’, anunciadas por el holandés Arjen Robben, el alemán Kevin Kuranyi y el brasileño Ze Roberto.

A pesar de las presiones ejercidas por diversos grupos, Adidas se ha negado a ayudar a estos trabajadores a recuperar sus puestos de trabajo. «Mientras Adidas paga 1,5 millones de euros al jugador francés Zidane por promocionar sus prendas deportivas, las trabajadoras de Panarub que produce las botas de fútbol y otras prendas deportivas tan sólo cobran 47 céntimos de euro por hora, es decir menos de cuatro euros al día», denuncia la ONG.

«El despido de estos trabajadores envía una seña muy equivocada a las marcas deportivas», agrega Tamarit. «Les dice que es aceptable discriminar a los trabajadores que pertenecen a un sindicato». En el pasado, Adidas mostró un liderazgo dentro de la industria y la compañía «debería continuar por esa senda», asegurando que la fábrica readmite a esos trabajadores.

«La industria de la ropa deportiva representa una valiosa fuente de trabajo en Asia», concluye Tamarit, pero los consumidores y trabajadores «tienen el derecho de confiar en que las marcas no exploten a las personas que fabrican los productos que consumen».