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Las mujeres gitanas de El Fanal avanzan hacia su integración social y laboral gracias al proyecto de mediación social Aracné

16 de septiembre de 2015 | Todas

El objetivo del Proyecto Aracné es promover la igualdad de oportunidades y el desarrollo de la comunidad gitana en los ámbitos sanitario, educativo, laboral, de igualdad, de convivencia vecinal y de prevención de la violencia de género.


 


Se basa en la mediación social cuya seña de identidad es la figura de la mediadora o mediador de etnia gitana, quien interviene junto a los demás profesionales de las entidades para lograr el desarrollo social y laboral de los usuarios de etnia gitana. Este trabajo conjunto es necesario porque tal y como han declarado los propios mediadores “ nuestra carta de presentación es el ser gitanos, pero en formación es imprescindible la carta de presentación de los profesionales de las asociaciones; podemos llegar donde nos propongamos pero con ayuda, porque la exclusión sigue estando ahí”.


 


Tras siete años de desarrollo las entidades van a seguir impulsando el proyecto, y van a contar con la colaboración del Ayuntamiento de Madrid. Para ello las entidades acaban de firmar un convenio con la delegada del Área de Familia y Servicios Sociales, Lola Navarro. Esta es una forma de afianzar el compromiso entre las entidades, destacar la  eficiencia del proyecto y obtener  la confianza de la administración pública.


 


“De este proyecto, en el que tanto las mujeres atendidas como las mediadoras están poniendo todo su esfuerzo, nos vamos a beneficiar todos”, así lo afirmaba Rosa Vara quien ha definido Aracné como “un trabajo que va a tener calado social y que nos demuestra que en red somos más fuertes, y que se necesita la ayuda de la Administración pública”.


 


Por su parte, Lola Navarro ha manifestado el interés que despierta el proyecto. “Creemos en vuestro trabajo y queremos apoyaros, pese a las dificultades por las que atravesamos, porque vuestro trabajo es fundamental para que se realice una inserción real”.


 


Las mediadoras han explicado los ámbitos en los que intervienen, como por ejemplo con las familias de realojo a las que les cuesta adaptarse a vivir en comunidad o respectar horarios, o con las mujeres a quienes acompañan al centro de salud porque se sienten inseguras de ir solas.


 


Y han querido dejar claro que “queremos que se nos visibilice y que se reconozca la necesidad de la mediación, ya que los gitanos hemos estado siempre en la retaguardia. Estamos luchando para que tengamos una integración real, efectiva, participativa, reconocida y visible”.


 


 


 


Pero Aracné no sólo contempla el desarrollo de los usuarios atendidos, sino el de las propias mediadoras. Para ello se promueve su formación, así como su contratación en colegios, centros sanitarios, institutos, servicios sociales o áreas municipales.


Se han presentado también algunos datos que reflejan que “pese a los ajustes económicos el impacto es claro, así lo indican las cifras en el año y medio que lleva implantado: 232 mujeres han acudido a revisiones médicas, 290 están en programas de éxito escolar, en torno a los 100 usuarios están inscritos en programa de empleo y otros 200 en actividades de convivencia vecinal. Y esto ha sido posible gracias al trabajo en red de las entidades”.


 


Y en cuanto a las mediadoras y mediadores lo más destacable es que ya son los propios Servicios Sociales o Centros de Salud quienes demandan su intervención a la hora de atender a los usuarios. Y sobre su desarrollo profesional, algunas de ellas se están preparando el acceso a la Universidad y otras están opositando.


 


Para trabajar en este sentido se creó la Federeación Artemisa, de la que forman parte Barró, Casm y El Fanal y a la que se han unido Romí Sersení y Mujeres de Opañel.


Recordemos que Aracné nace en 2010 como la segunda edición del programa de mediación que nació hace siete años bajo el nombre de proyecto Artemisa, y que ha contado desde el principio con el apoyo de la Dirección General de Igualdad del Ayuntamiento de Madrid.