Las ONG hacen un llamamiento de solidaridad con Filipinas
La situación en el municipio filipino de San Bernardo, donde el pasado viernes se produjo un corrimiento de tierras que borró del mapa la comunidad de Guinsaugon y que se saldó con más de 1.420 personas desaparecidas, sigue siendo de emergencia. Mientras continúa el rescate de las víctimas y se va perdiendo la esperanza de encontrar a alguna con vida, las diferentes ONG que trabajan en la zona se han movilizado para asistir a los más de 1.350 damnificados y llevarlos a zonas más seguras de la Isla de Leyte.
La sede que Cáritas tiene en Filipinas está prestando ayuda de emergencia a los supervivientes de la tragedia. El director del centro social de Massin, fray Eufemio Gohetia, está coordinando las labores de auxilio a las víctimas del alud de lodo que los voluntarios locales de la parroquia realizan desde las primeras horas del siniestro.
Según ha señalado Rosanne Mallillin, secretaria ejecutiva de Cáritas Filipina, en una nota de urgencia «las víctimas necesitan urgentemente agua y comida, ropa de abrigo, enseres domésticos y materiales de refugio temporal». «Nuestros voluntarios trabajan codo con codo junto a expertos del Gobierno y miembros de otras organizaciones humanitarias tanto en las labores de rescate como en el reparto de productos de primera necesidad a las familias afectadas», indicó la secretaria.
De acuerdo con los datos aportados por Cáritas Filipinas, en la comunidad de Guinsaugon afectada por el deslizamiento de lodo, donde estaban censados 375 cabezas de familia y contaba con una población de 3.000 personas, se desconoce hasta el momento el paradero de 2.000 de sus habitantes.
El secretario general de Cáritas Internacional, Duncan MacLaren envió el pasado viernes un mensaje a Cáritas Filipinas en el que, además de transmitir la «solidaridad y apoyo de la red Cáritas para responder a la tragedia, sobre todo, ante el alto número de víctimas mortales», ofrece a la Cáritas local todo el apoyo necesario de la red internacional para responder a esta emergencia.
Evacuados a centros públicos
Mientras tanto, cerca de 1.350 personas de 10 poblados han sido evacuadas a 20 centros públicos de la isla de Leyte. Estos centros no están equipados adecuadamente para atenderlas, según informó el personal de World Vision, que está en la isla de Leyte.
Esta organización envió tres equipos de emergencia a San Bernardo para atender a las cientos de personas afectadas por el deslizamiento de la montaña. World Vision ha solicitado al Gobierno filipino que envíe comida y utensilios de primera necesidad, como mosquiteras y mantas.
Pero lo que más preocupa a esta organización es el bienestar de los niños, es por ello que han desplazado personal de World Vision especializado en protección infantil y salud, para reforzar las tareas de emergencia. Hasta el momento, World Vision Australia ha comprometido 42.000 euros y las ONG locales con las que World Vision trabaja en Filipinas, otros 24.000 euros para hacer frente a esta emergencia.
Por su parte, la Federación Internacional de la Cruz Roja ha transferido 128.000 euros para prestar asistencia a los damnificados.
Equipos de emergencia de la Cruz Roja de Filipinas desplazados a la zona siguen trabajando en el rescate de supervivientes con perros rastreadores y en la recuperación de cadáveres, según informó la organización en nota de prensa.
La Cruz Roja ha enviado desde Manila un cargamento aéreo con 1.000 bolsas de cadáveres y botiquines de emergencia para mil personas, botas de goma, cuerdas, ropa, linternas y medicamentos.
Por su parte, Cruz Roja Española ha puesto en marcha una operación humanitaria para apoyar a la organización en Filipinas en las labores de socorro y en la segunda fase de la emergencia, el alojamiento de cientos de desplazados y en la rehabilitación de las infraestructuras destruidas.
Según informa la ONG en un comunicado, la Cruz Roja Filipina estima que el 90 por ciento de Guinsaogan, que antes de la tragedia tenía una población de cerca de 4.000 personas, ha quedado devastado. «Lo urgente, en estos momentos, es intensificar las labores de socorro en la zona, rescatando a los posibles supervivientes y recuperando lo antes posible los cadáveres», indicó Enrique Martín, delegado de Cruz Roja Española en Filipinas.
Para llevar a cabo estas labores, la Cruz Roja Filipina tiene ya en la zona varios equipos de rescate, «aunque su labor se ha complicado por las dificultades de acceso», explicó Martín. Según CRE, las principales necesidades, en estos momentos, son el rescate de supervivientes, la recuperación de cadáveres y la distribución de alimentos y atención médica, además del alojamiento para los damnificados.
Por este motivo, Cruz Roja Española ha puesto en marcha una operación humanitaria para apoyar a la Cruz Roja Filipina en las labores de socorro y en la segunda fase de la emergencia, el alojamiento de cientos de desplazados y la rehabilitación de las infraestructuras destruidas, según señala la ONG en su comunicado.