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Los juegos son buenos para los niños en conflicto

16 de septiembre de 2015 | Todas

EP/Valencia

El juego es una experiencia necesaria para que los niños puedan resistir el sufrimiento y la tristeza de un conflicto bélico, según puso hoy de manifiesto la directora de la ONG francesa Enfants Réfugiés du Monde (ERM), Nicole Dagnino, durante su intervención en el Congreso Internacional ‘Infancia y Violencia’, que organizó en Valencia el Centro Reina Sofía de la Violencia celebrado la primera semana de marzo.

«En la guerra, cada niño, para resistir el sufrimiento y la tristeza, necesita tener otra experiencia vital -explicó-. Necesita -y tiene ese derecho- poder realizar libremente, sin violencia, con alegría, actividades que responden a sus necesidades. Para los niños, todos los niños, esta experiencia es el juego».

En este sentido, explicó que mientras juega, el niño crea un espacio intermedio entre la realidad exterior y su mundo interior: una realidad psicológica interior. De esa forma, en este espacio el menor escapa durante un tiempo de las agresiones del mundo exterior. ERM ha llamado a estos lugares «centros de animación» y los fomenta en los campos de refugiados palestinos en Líbano, Gaza y Cisjordania y con las poblaciones desplazadas en Guatemala.

A la terapia del juego no le faltan candidatos: alrededor de un tercio de los niños sin escolarizar en el mudo vive en un país afectado por un conflicto armado , según comentó el presidente de Save the Children, Burkhard Gnärig. En concreto, unos 43 millones de menores para los que es fundamental «encontrar vías adecuadas para promocionar su educación». En este sentido, denunció «la poca atención que la comunidad internacional presta a la educación cuando diseña respuestas humanitarias a los conflictos armados».

Educación para superar el trauma

«La educación es particularmente importante para los niños que tienen que atravesar la traumática experiencia de la incertidumbre y el peligro, la violencia y el dolor y, a veces, la pérdida de miembros de su familia», dijo.

Por su parte, la fundadora y presidenta del Consejo de Mujeres Afganas, Fatana Ishaq Gailani, recordó que «cuando estalla una guerra en cualquier parte del mundo, los niños son los más afectados». A su juicio, «los países más afectados en cuanto a muertes infantiles por las guerras y sus consecuencias son Afganistán e Irak».

«En ambos países, miles de niños murieron en la guerra. Tan sólo en Afganistán, donde hay una guerra civil desde hace 23 años, entre 300.000 y 400.000 niños han muerto, de una población total de 20 millones», señaló.

En las situaciones de violencia, los niños también pueden ser víctimas al convertirse en verdugos. Este es el drama que viven los entre 132.000 y 300.000 niños soldado en el mundo y también los sicarios colombianos. Sobre éstos últimos habló el coordinador del programa de la Fundación Hogares Claret para la atención a niños y jóvenes desvinculados de grupos armados irregulares, José Luís Mantilla, que describió los «elementos terapéuticos y pedagógicos a través del trabajo lúdico, deportivo, artístico y cultural» introducidos para recuperar a estos menores en Colombia.