Los niños enfermos de Sida, abandonados
MSF
Mientras que en los países ricos, el VI/sida pediátrico está en gran medida bajo control ya que la transmisión del VIH de madres a hijos puede prevenirse con éxito y los bebés y niños tienen acceso a diagnósticos y a la terapia antirretroviral (ARV), el 87% de los 2,3 millones de niños que se estima viven con el VIH/sida crecen en el África subsahariana, y la gran mayoría se encuentran fuera del alcance de estos servicios de salud.
La disparidad entre ricos y pobres explica la laguna existente hoy en el área del VIH/sida pediátrico: se estima que de los 540.000 niños en el mundo que contrajeron el VIH durante el año 2006, 470.000 vivían en África y únicamente 700 procedían de Europa o Norteamérica. A pesar de que la mitad de los niños con VIH mueren antes de los dos años (1.000 niños mueren diariamente), la experiencia de Médicos Sin Fronteras (MSF) ha demostrado que los niños responden muy bien al tratamiento y pueden recuperarse con mayor rapidez. No obstante, cuestiones prácticas hacen que diagnosticar y tratar a niños infectados con el VIH/sida resulte mucho más difícil que diagnosticar y tratar a adultos.
En más de nueve de cada diez ocasiones, los niños contraen el VIH a través de la transmisión de madres a hijos. Esta infección puede ocurrir durante el embarazo, el parto o la lactancia. Adoptando estrategias como la administración de terapia antirretroviral a las madres VIH-positivas durante el embarazo, y al bebé a las pocas horas después del parto; realizando cesáreas electivas; y proporcionando alternativas seguras a la leche materna, los países ricos han conseguido reducir la transmisión de madres a hijos por debajo del 1%. Sin embargo, en los países más pobres, la tasa de transmisión llega a alcanzar del 25 al 45%. La razón está en que la mayoría de madres no tienen acceso a servicios de diagnóstico ni a tratamientos apropiados. A pesar de estas dificultades, se ha demostrado que la transmisión puede reducirse entorno al 5%. El desafío está en cómo implementar intervenciones a gran escala.
Diagnóstico
La detección de la infección por VIH en bebés es crucial para que la terapia antirretroviral pueda iniciarse lo antes posible. El diagnóstico a través de síntomas clínicos no basta, puesto que los síntomas no suelen ser aparentes en los primeros estadios de la enfermedad. En adultos, la infección por VIH con frecuencia se diagnostica a través de una prueba de anticuerpos, pero en bebés no es eficaz, porque todos los niños nacidos de mujeres VIH-positivas adquieren los anticuerpos de sus madres y estos permanecen en la sangre hasta 18 meses. Se han conseguido algunas mejoras a través del método basado en la toma de muestras de sangre seca. Este método permite recoger y secar la sangre del paciente en un trozo de papel de filtro, que se enviará al laboratorio más cercano que cuente con el equipamiento necesario (a menudo un laboratorio en la capital del país). Con este método se puede facilitar mucho el diagnóstico, pero depende de un sistema de transporte operativo y suficiente capacidad de laboratorio. Se requiere más inversión internacional para la investigación en nuevos métodos.
Tratamiento
Los fabricantes genéricos indios han desarrollado algunas dosis fijas combinadas (varios fármacos en una sola pastilla), conocidas como FDC, por sus siglas en inglés. Gracias a ello, tratar a un niño hoy con las FDC de primera línea cuesta menos de 100 euros al año. Esto supone un gran paso adelante para los jóvenes pacientes de MSF, que ahora pueden tomar dosis adaptadas en forma de tableta efervescente. Sin embargo los tratamientos más nuevos, de segunda línea, cuestan como mínimo 700 euros por paciente al año, y además no están adaptados en su mayoría ni a las condiciones ni a las necesidades de los niños en países en desarrollo ya que con frecuencia, tienen que tomar las presentaciones de adultos. Además, las guías de tratamiento estandarizadas y recomendaciones en materia de dosificación para los niños han llegado muy tarde.
Es por ello, que la organización humanitaria Médicos sin Fronteras, en su manifiesto, pide
“a la OMS y a UNICEF que desarrollen una estrategia clara para asegurar que el mayor número de niños recibe ARV; pedimos a las compañías farmacéuticas que faciliten el acceso de los niños a la terapia antirretroviral, aunque estos no representen un beneficio comercial; y pedimos a los programas nacionales y a los donantes internacionales que promuevan la implementación de guías nacionales para el tratamiento de sida pediátrico. Nuestros equipos en el terreno han puesto en práctica nuevas formas integrales de asegurar la adherencia de los niños al tratamiento con éxito. Hay que avanzar con más fuerza dando prioridad a los pequeños con sida”, declara el doctor Luis Villa, director médico de MSF España.