Los niños españoles, entre algodones
EP/Madrid
La envidia de ser niño, depende del lugar donde uno haya nacido. Así se desprende del informe Innocenti ‘Pobreza Infantil en Perspectiva: Panorama del Bienestar Infantil en Países Ricos’, elaborado por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y que revela que España ocupa el quinto lugar en bienestar infantil.
Por contra, los niños británicos y estadounidenses son los que peor viven del mundo industrializado. El puesto más alto lo ocupan Países Bajos, seguido de Suecia, Dinamarca, Finlandia, España, Suiza y Noruega. Reino Unido ocupa el peor lugar de la lista. Destaca también el lugar de una potencia industrial de la importancia de Alemania, que ocupa el puesto decimoprimero. Por tanto, el informe revela que no hay una correlación evidente entre los niveles de bienestar infantil y el Producto Interior Bruto (PIB) per cápita.
Respecto a España el informe señala que es uno de los países en los que la pobreza infantil relativa continúa por encima del 15 por ciento, junto a Portugal e Italia (entre los países de Europa Meridional) y Estados Unidos, Reino Unido e Irlanda (entre los países anglosajones).
En la dimensión educativa, y entendiendo como tal el rendimiento escolar y la permanencia en el sistema educativo, Grecia, Italia, España y Portugal ocupan los cuatro últimos puestos de la clasificación. En el caso español, según UNICEF, esta posición en la tabla responde a los bajos niveles de rendimiento escolar, ya reflejados en el Informe PISA 2001.
Finalmente, los niños y adolescentes españoles tienen una valoración subjetiva de bienestar muy alta, en términos de percepción de la propia salud y grado de satisfacción sobre su vida. Estas variables, junto a las otras mencionadas, sitúan a España en el puesto número cinco de la clasificación general de bienestar infantil en 21 países.
El estudio es el primero de este tipo realizado por UNICEF sobre la situación de la infancia en los países industrializados. Para llevarlo a cabo, el organismo se ha basado en seis categorías: el bienestar material, la salud y sanidad, la educación, las relaciones con los padres, los comportamientos y riesgos a que se enfrentan y la sensación subjetiva de bienestar por parte de los menores.
Reino Unido y Estados Unidos figuran en la parte inferior de la lista en cinco de estos seis parámetros. Estados Unidos, concretamente, es el último en el capítulo de salud y sanidad, según se desprende de datos como la tasa de mortalidad infantil, la esperanza de vida al nacer, la inmunización a enfermedades y las muertes y heridas en accidentes.
Reino Unido es el último país respecto a las relaciones con los padres –determinadas por factores como la tasa de padres o madres separados o si las familias hacen juntas la principal comida del día más de una vez a la semana– y en comportamientos y riesgos –medidos por factores como el consumo de desayuno, el uso de drogas o las actividades sexuales–.
Los medios de comunicación alemanes se han hecho eco del estudio mientras el Gobierno de la canciller Angela Merkel ha reaccionado rápidamente a los negativos resultados del informe de UNICEF. «Alemania no está nada bien situada», declaró hoy la representante de UNICEF-Alemania, Heide Simonis, a la radio alemana.
La política sobre infancia en Alemania está «a mitad de camino», afirmó el profesor de la Universidad berlinesa de Humboldt, Hans Bertram. «En Alemania tan sólo se hace algo por la infancia a nivel político si hay detrás razones financieras o de mejora del mercado laboral», señaló Bertram, un experto en la materia que también ha participado en investigaciones sobre este tema.