Los talleres de artesanía de la FVF, modelo de estudio
Al menos así lo demuestra el hecho de que estos talleres de la Fundación Vicente Ferrer son visitados con cierta frecuencia por estudiantes relacionados con tema de diseño y arte. En estos días han sido tres los alumnos del Instituto Shrishti de Arte, Diseño y Tecnología de Bangalore que se han acercado para conocer cómo se crean los productos de comercio justo que comercializa esta organización.
Se trata de Shishira, Vidhi y Taranjit, que han acudido a estas instalaciones por tercera vez durante el curso. En ellos trabajan mujeres sin recursos económicos y con algún tipo de discapacidad. Se les da formación y este medio de vida para realizar tareas artesanales que les abren muchas puertas para tener autonomía y evitar la exclusión social.
Los estudiantes, una vez conocidos de cerca estos sitios en los que se emplean a estas féminas, destacan que podría ser interesante que los talleres de la Fundación Vicente Ferrer se abrieran a toda la India. Señalan que podrían fabricarse productos adaptados al diseño local y buscar posibilidades de mercado pro todo el país. Al final sería más beneficioso tanto para las trabajadoras como para la organización en su conjunto. “Creemos que es importante que India también conozca lo que allí se hace y puedan venderse en todo el país. Ahora hay un mercado creciente de este tipo de productos”, apunta Shishira Prasad.
Todos ellos hacen hincapié en la manera en la que las mujeres participan activamente de todo ello. “Son muy inteligentes y creativas. Sus ideas pueden servir para que los productos se adecuen mejor a las peticiones del mercado indio”, añade Prassad.
La actividad de Comercio Justo de la Fundación Vicente Ferrer forma parte desde el año pasado de la Fair Trade Forum India. ¿En qué consiste esto exactamente? Se trata de una red de comercio justo en la que se aseguran unos ingresos dignos y un desarrollo general de los artesanos, trabajadores y agricultores que desarrollan actividades de Comercio Justo. Es un sello que avala la creación de oportunidades para productores en desventaja económica, la transparencia y la responsabilidad, entre otros.
A día de hoy 320 mujeres con discapacidad trabajan en los talleres de la FVF. Fabrican piezas de joyería, textil y bisutería, entre otros.