Malí: Testimonio de Fadimata Alanchair sobre Tombuctú y la defensa de las mujeres
Antes, en el cartel de entrada a la ciudad se podía leer: “Bienvenidos a Tomboctú, la ciudad de los 333 santos”, ahora cuando leo “Bienvenidos a Tomboctú, la puerta a la aplicación de la ley Sharía” me hago una idea de lo que puedo esperar.
Las mujeres son obligadas a esconderse en casa y si tienen que salir a la calle deben taparse totalmente o de lo contrario son llevadas a prisión donde son violadas sin que nadie responda por ello.
Nuestros hombres están traumatizados pero ninguno quiere traer la vergüenza a su hogar, por ello aceptan lo inaceptable y evitan la confrontación, que pueden llevar a la amputación o la muerte.
Cada día hay disparos: si no es para dispersar a las mujeres que caminan juntas, es para matar a los perros que ladran y despiertan a los insurgentes.
Durante el tiempo que pasé en la ciudad pude asistir a una reunión entre los rebeldes y la población para discutir el tema de la educación y la implementación de la ley Sharía. Una de las principales condiciones para reabrir la escuela era tener a niños y niñas en clases separadas, las niñas además sólo podrían tener mujeres como profesoras.
Como nativa de Tomboctú que soy, sé perfectamente que esto es una pura utopía porque no hay suficientes profesores, y menos aún suficientes profesoras mujeres. Así nos encontramos con que el derecho a la educación es automáticamente negado para las niñas cuyos padres no pueden permitirse enviar a sus hijos a una escuela al sur del país.
Para poder mantener el servicio de agua potable y cuatro horas de electricidad por día pidieron una contribución/pago por familia pero no fue posible llegar a un acuerdo sobre la cantidad.
Los rebeldes aseguran que comprenden el estrés al que someten a la población con la aplicación de la Sharía pero insisten en que no hay otra forma de hacer las cosas porque la Sharía es la principal razón de su lucha.
En la reunión proponen entrenar a los jóvenes de la ciudad en los principios de la Sharía para que estos a su vez puedan formar a la población, pero la gente se niega. Tienen miedo de que cuando los insurgentes se vayan los jóvenes continúen aplicando la Ley.
Los islamistas que pude ver son chicos muy jóvenes, todos hablan Bambara, Soninke, Fulla, Tamasheq, árabe o francés. Sospecho que son malienses como nosotros, la mayoría de Tomboctú, que antes formaban parte del MNLA (Mouvement National pour la Libération de l’Azawad)
La pregunta a la que no pude encontrar respuesta es ¿por qué los malienses continúan avergonzando a nuestras mujeres, violando a nuestras niñas, traumatizando a nuestros hermanos en nombre de Dios? ¿Por qué?
Dona ahora y colabora con los afectados en Malí»
Datos actuales de Malí
• 376.000 personas desplazadas, principalmente mujeres y niños
• 250.000 son desplazados internos y el resto ha buscado refugio en Níger y Burkina Faso.
• Miles de desplazados internos se trasladan por segunda vez. Después de haber buscado refugio en Mopti ahora huyen de nuevo hacia el sur, hacia Segú y la capital, Bamako.
• Antes de que comenzara el conflicto armado, 2 millones de personas ya se encontraban en riesgo de crisis alimentaria.
• 660.000 niños están en riesgo de desnutrición y 1,5 millones de personas en riesgo de epidemias debido a la escasez de agua potable.