Más de 2.000 personas fueron ejecutadas en 2005
Europa Press/Madrid
Al menos 2.148 ejecuciones se
registraron en 2005 en 22 países del mundo, el 94 por ciento de las cuales se
produjeron sólo en cuatro, China, Irán, Arabia Saudí y Estados Unidos, según
indica un informe de la ong Amnistía Internacional difundido este martes 10 de
octubre con motivo de la celebración del Día Mundial Contra la Pena de Muerte y
en el que la organización reclamó que la Constitución española prohíba
expresamente la pena de muerte y que España ratifique el protocolo 13 del
Convenio Europeo de Derechos Humanos por el que se quiere convertir a Europa en
una zona libre de la pena capital.
«Es llamativo que el 94 por ciento de
estas ejecuciones se produjera en cuatro países: China (1.770 ejecuciones
conocidas, aunque según cálculos de expertos chinos, todos los años son
ejecutadas entre 8.000 y 10.000 personas), Irán (94 ejecuciones conocidas),
Arabia Saudí (86 ejecuciones conocidas) y Estados Unidos (60 personas)», indicó
la organización.
En todo caso, a pesar de que en 68 países se mantiene
la pena de muerte, en los últimos 30 años se ha registrado una tendencia clara
hacia su abolición en todo el mundo y a lo largo de 2006 la tendencia ha
continuado, según AI, ya que Filipinas y Moldavia se han unido a la lista de
países abolicionistas. Un total de 43 Constituciones en el mundo prohíben
expresamente la pena de muerte.
«Sin embargo», lamenta Amnistía, «hay que
lamentar que en países como Estados Unidos se siga condenando a muerte y
ejecutando a personas con enfermedad mental y que en otros como Irán y Pakistán
se haya ejecutado a menores durante 2006».
«Los países que utilizan la
pena de muerte lo hacen de una forma injusta, vulnerando las leyes y normas
internacionales», afirmó el director de Amnistía Internacional en España,
Esteban Beltrán. «La pena de muerte no es aceptable nunca, en ningún caso, y
cada ejecución constituye una violación extrema del derecho a la vida»,
prosiguió. «Y esta violación se agrava cuando el Estado quita la vida a un ser
humano por medio de un proceso judicial injusto», añadió.
País
por país
Según Amnistía, China destaca «por su terrible
historial de violaciones de Derechos Humanos» y es el país donde más ejecuciones
se realizan al año. «Se condena a muerte a presos en juicios injustos, sin que
se respete la presunción de inocencia y con la tortura como medio para obtener
testimonios», denuncia la organización.
Aunque se sigue ejecutando con
un tiro en la nuca, cada vez es más común el uso de la inyección letal, lo que
facilita la extracción de órganos. En marzo de 2006, asegura el informe, varios
especialistas chinos en transplantes estimaron que los órganos procedentes de
presos ejecutados suponen alrededor del 99 por ciento del total de órganos
transplantados.
En cuanto a Estados Unidos, desde 1977 han sido
ejecutadas 1.047 personas en este país (43 en 2006). Además, en Estados Unidos
se sigue ejecutando a personas con enfermedades mentales. Desde 1977 hasta hoy
han sido ejecutadas al menos un centenar.
Las ejecuciones en Irán
continúan a «un ritmo alarmante», según el informe, que denuncia las
lapidaciones y las ejecuciones de menores en este país. Amnistía Internacional
ha tenido noticia de al menos 108 ejecuciones en lo que va de año, aparte de que
Irán ha reanudado este años las ejecuciones por lapidación, algo que no sucedía
desde diciembre de 2002, cuando el presidente de la Magistratura anunció una
moratoria en el uso de este método. Actualmente, hay al menos siete mujeres
iraníes en riesgo de ejecución por
lapidación.
España
El informe indica que el
Código Penal Militar español derogó la posibilidad de aplicar la pena de muerte
en tiempos de guerra, pero la Constitución española sigue haciendo una mención
expresa a la pena de muerte en el artículo 15.
Para Amnistía Internacional esta
mención «debería ser eliminada e incorporar una prohibición expresa del uso de
la pena de muerte en España». Por otra parte, España aún no ha ratificado el
protocolo 13 del Convenio Europeo de Derechos Humanos por el que se quiere
convertir a Europa en una zona libre de pena de muerte, lamenta AI.
Este
Protocolo ha sido ratificado hasta la fecha por 33 Estados. El informe llama
también la atención sobre los dos españoles condenados a muerte en el
extranjero, Pablo Ibar en Estados Unidos y Nabil Manakli en Yemen. Pablo Ibar
fue condenado en el año 2000 a la pena capital. Desde entonces permanece en el
corredor de la muerte de la Penitenciaría de Starke (Florida).
El 9 de marzo
2006 el Tribunal Supremo de Florida confirmó la sentencia. Actualmente, la
familia está intentando que se repita el juicio. En Yemen, Nabil Manakli,
español de origen sirio, fue condenado a pena de muerte en 1997 acusado de
organizar un grupo armado. Según Amnistía Internacional, Manakli pudo ser
sometido a torturas antes del juicio, en el que admitió los cargos. Desde
septiembre de 2003, fecha en que se le confirmó la condena, puede ser ejecutado
en cualquier momento. Amnistía se felicita de la reciente conmutación de la pena
de muerte para otro ciudadano español, Paco Larrañaga, quien ha sido condenado
en Filipinas a cadena perpetua.