Más de cuarenta millones de niños son esclavos puertas adentro
EP/Madrid
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El trabajo infantil se ha convertido en una lacra en pleno siglo XXI. Las cifras de la vergüenza desvelan que más de cuarenta millones de niños en el mundo trabajan como sirvientes domésticos a partir de los seis años, y cerca de 10 millones permanecen «ocultos» en las viviendas de sus empleadores. Así lo denunció la ong Save the Children durante la presentación del informe ‘Esclavos puertas adentro‘, con motivo de la celebración del Día Mundial Contra el Trabajo Infantil.
Actualmente hay 218 millones de niños trabajadores en el mundo, con edades comprendidas entre los 5 y los 17 años. Más de la mitad realizan trabajos peligrosos, y unos 8 millones y medio están atrapados en el trabajo ilegal, «degradante y peligroso», en condiciones de esclavitud, según explica la ONG en su informe.
Además, estos niños viven en condiciones que incluyen amenazas físicas, violencia sexual o pobreza crónica dentro de la familia «a la que pertenecen» y para la que trabajan. Están obligados durante años a trabajar largas jornadas, de hasta 18 horas diarias, y son considerados por sus «dueños» como objetos, a los que repudian, humillan, alquilan, venden o maltratan.
Así, el trabajo doméstico es la primera ocupación para las niñas menores de 16 años, y cuando estos niños cumplen los 18 son los expulsados de los hogares para los que trabajan. En Vietnam, por ejemplo, el 60 por ciento de las niñas trabajadoras entre 10 y 14 años lo hacen en el servicio doméstico.
«Una labor de caridad y filantropía»
Según el informe, esta situación se ve alimentada por la creencia popular de que los empleadores ejercen «una labor de caridad y filantropía», frente a estos niños y sus familias, al proporcionarles techo y comida, promete «mejores perspectivas» para el futuro de los niños, y en muchos países es visto por los padres «como una preparación para el matrimonio».
El vicepresidente de Save the Children, Eduardo González, añadió que uno de los mayores problemas que genera el trabajo infantil es que estos niños «se ven negados a la escolarización, al juego y a la socialización básica», pero que lo peor de todo es que «se les despoja de todo afecto y apoyo familiar».
En general, las niñas son más vulnerables al trabajo doméstico, y según Save the Children, es especialmente evidente en América Latina. Por ejemplo, en la población brasileña de Recife, el 94,5 por ciento de los niños menores de 17 eran niñas trabajando en el ámbito doméstico.
España no se libra
Al respecto, González explicó que la explotación infantil «no es un problema exclusivo de los países emergentes o en vías de desarrollo», ya que también está presente en los países occidentales, y que no se conocen casos «porque no hay trasparencias» y no se sabe que los niños están encerrados en las casas.
Así, señaló que en los países occidentales suelen darse este tipo de casos porque las familias inmigrantes que viajan a otros países «son quienes inculcan estas costumbres», y apuntó el caso de la sudanesa Mende Nazer, presente en la rueda de prensa, que padeció esta situación y que trabajó en Londres en la casa de una persona de la embajada sudanesa.
Por último, el informe indica que «no hay constancia» en la actualidad de fenómenos de esclavitud doméstica infantil en España, aunque «sí que hay voces de alarma» sobre su posible práctica en las familias inmigrantes procedentes de Marruecos.