Más de ocho millones de personas siguen necesitando ayuda en el Cuerno de África
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha alertado que más de ocho millones de personas continúan necesitando ayuda urgente en el Cuerno de África. Un diagnóstico preocupante, a pesar de la gran respuesta humanitaria que se produjo en la zona en 2011 y que frenó la propagación de la hambruna, salvando así decenas de miles de vidas de niños. El director regional del organismo para África Oriental y Meridional, Elhadj As Sy, señaló que la crisis por la supervivencia infantil está lejos de terminar en esta área, y que millones de niños necesitan un apoyo continuado durante los próximos meses.
«Las perspectivas de una recuperación continuada son cada vez más precarias. El pronóstico del tiempo, en combinación con la inseguridad y la violencia persistentes en muchas áreas, puede conducir a nuevos impactos e interrupciones, una evolución que de nuevo pone en peligro la vida de cientos de miles de niños», añadió el también coordinador Global de Emergencias de UNICEF para la crisis del Cuerno de África, durante la presentación del documento que describe la operación humanitaria de la organización en los seis meses posteriores a la declaración de la hambruna en varias zonas de Somalia, en julio de 2011.
Según las últimas previsiones, las lluvias entre marzo y mayo se mantendrán por debajo del promedio en la mayor parte de la región, lo que dificulta su recuperación. «Además, el conflicto que continúa en Somalia, los ataques terroristas y la violencia étnica en Kenia, así como las amenazas contra trabajadores humanitarios, están limitando el acceso humanitario a los refugiados y a las comunidades afectadas por la crisis», sostiene un comunicado de Unicef.
Asimismo, el organismo denuncia que casi un tercio de la población de Somalia (unos 2,51 millones de personas) aún se encuentran en medio de una grave crisis humanitaria, incluyendo más de 323.000 niños con desnutrición aguda grave. A ellos se suman 463.000 refugiados somalíes en los campamentos de Dadaab, en el noreste de Kenia; 142.000 personas en los campos de Dollo Ado en Etiopía; 22.000 en el campamento de Ali Addeh en Yibuti y 1,35 millones de somalíes desplazados dentro de su propio país.
Pero no todo son datos negativos, la organización sostiene que gracias al trabajo humanitario, las seis zonas originarias de hambruna de Somalia pasaron al nivel más bajo de emergencia; se redujo tres veces la proporción de desnutrición aguda global en la región Turkana, en Kenia; y se registraron tasas muy altas de recuperación de la desnutrición aguda y un bajo índice de mortalidad infantil en Etiopía.
UNICEF seguirá trabajando en la región, sus planes incluyen el refuerzo de la capacidad de recuperación de las familias y las comunidades, mediante transferencias de efectivo, el aumento de equipos de sanidad móviles, el control y tratamiento precoz de la desnutrición aguda, educación básica alternativa con un horario flexible y escuelas móviles, entre otras acciones.