Plan de mano dura contra el consumo de alcohol en jóvenes
EP/Madrid
El excesivo consumo de alcohol entre los jóvenes es tema de preocupación
entre los dirigentes españoles. La ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, ha anunciado un programa específico de actuación para abordar el consumo de alcohol entre los menores «semejante al que la Delegación del Gobierno elaboró en 2007 para hacer frente al consumo de cocaína», en el que ya están trabajando y al que destinaran «todos los esfuerzos y recursos que la iniciativa merece».
Según explicó el objetivo de este programa –que no incluirá medidas legislativas sino informativas y de concienciación– es hacerle frente la «situación urgente» ante la que nos encontramos, donde no aumentaron los jóvenes que se emborrachan, pero quienes lo hacen beben mucho más que antes.
«No me refiero a retomar proyectos en el ámbito normativo. Me refiero a un Programa Específico en el que tendrá singular importancia el trabajo conjunto con los profesionales sanitarios, los padres y madres, los educadores y el conjunto de la sociedad», explicó.
En concreto, los ejes de esta iniciativa será concienciar a niños, adolescentes y «nonatos», es decir, a las embarazadas, sobre los efectos dañinos del alcohol; reforzar las actuaciones de información, educación y sensibilización en este sentido y «fomentar actividades» que ayuden a profundizar en el conocimiento de los problemas vinculados al consumo de riesgo.
Jiménez se mostró «preocupada» ante la extensión del consumo de alcohol entre los jóvenes, sobre todo entre los menores de edad, y aseguró que esta situación requiere de «una respuesta efectiva» y «una labor de sensibilización social sobre el problema».
Casi la tercera parte de los estudiantes, el 29 por ciento, se ha emborrachado alguna vez en los últimos 30 días. Este porcentaje aumenta entre los estudiantes que reconocen haber bebido en el último mes, alcanzando casi al 50 por ciento, los denominados «consumidores actuales».
«Esta cifra es muy preocupante, no ya por sí misma que también, sino porque supone un aumento de algo más de cinco puntos respecto al año 2006. En otras palabras, los bebedores del fin de semana no son muchos más que hace dos años, pero los que beben están bebiendo de forma más intensiva», indicó.