El apoyo a niños y adolescentes, clave para la recuperación de los menores en Ecuador
El bienestar de las personas va más allá del estado físico, de como nos encontramos en lo que a la parte más terrenal se refiere. Hay que cuidar también el interior, la psique, y eso es lo que está haciendo la ONG Plan Internacional en Ecuador. Dos meses después del terremoto que devastó buena parte de la provincia de Manabí, la organización está apostando por apoyar a pequeños y pequeñas de la zona. En total son más de 10.600 niños, niñas y adolescentes que forman parte de los 20 Espacios Amigos de la Infancia a través de los que se está gestionando esta iniciativa.
La meta es contribuir a que estos infantes pierdan el miedo y empiecen a recuperar la seguridad y la autoestima. Estos Espacios Amigos de la Infancia son el escenario en el que se van desarrollando eventos y actividades de ocio, lúdicas y deportivas para que vayan dejando atrás la tragedia y empiecen a recopilar buenas sensaciones.
El feedback que se está recibiendo de los niños es muy bueno. José, un peque de siete años, dice que en ellos se siente “seguro y puedo jugar y compartir con otros niños y niñas que han pasado lo mismo que yo. Cuando estoy aquí no tengo miedo a que se me caigan los ladrillos encima y me están enseñando qué tengo que hacer si hay otro terremoto”.
Estas actividades de Plan Internacional para la infancia cuentan con personal cualificado de la organización, gente que se ha formado en situaciones de emergencia cuando tienen lugar catástrofes y situaciones de este tipo. Estos están operativos cinco días a la semana durante más de ocho horas y aquí encuentran apoyo psicosocial con un coordinador, mediadores pedagógicos, psicólogo y voluntarios.
Esta no es la única estrategia en relación a la infancia que está desarrollando Plan Internacional. Hay que señalar también que participan en la gestión de tres escuelas temporales en Pedernales, con 1.800 estudiantes. Y es que hasta 875 escuelas se vieron afectadas pro el temblor y más de 120.000 niños no pudieron volver a las aulas ni retomar actividades hasta que empezaron a funcionar estos centros escolares temporales.