La pobreza acorta la vida más que el tabaco y el alcohol
La revista médica The Lacet publicó un estudio, con una muestra de 1,7 millones de personas de siete países con altos ingresos, concluyendo que la pobreza acorta la esperanza de vida, incluso más que la obesidad, la hipertensión o el consumo excesivo de alcohol. Por tanto, requieren que la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluya este nuevo factor en sus estrategias a nivel mundial para reducir la mortalidad.
El estudio fue realizado por diversos especialistas de la Universidad de Columbia, el King’s College y el Imperial College de Londres, y la Escuela de Salud Pública de Harvard y ha sido financiado por la Comisión Europea. Para su investigación analizaron datos de 48 estudios independientes del Reino Unido, Italia, Estados Unidos, Australia, Portugal, Suiza y Francia, en total de 1.751.479 casos, de los cuales el 54% eran mujeres. Los participantes se sometieron a un seguimiento medio de 13 años y el estatus socioeconómico se midió con el último puesto de trabajo que habían tenido, ha explicado a Europa Press la investigadora.
Las conclusiones del estudio
La pobreza reduce la esperanza de vida en más de 2 años en adultos entre 40 y 85 años. Incluso supera a la tasa de esperanza de vida por consumo de alcohol (reduce la vida medio año), por la obesidad (en 0,7 años) y la hipertensión (en 1,6 años). En cuanto a la diabetes, la disminución de la esperanza de vida es de 3,9 años; el sedentarismo, 2,4 años y el consumo de tabaco, en 4,8 años, todas por encima de la media que determinó el estudio para la pobreza.
Mika Kivimaki, profesor del University College de Londres. ha añadido que «se sabía que la educación, la renta y el trabajo afectan a la salud, pero pocos estudios han examinado la importancia de estos factores socioeconómicos».
El estudio critica las políticas de la OMS por no incluir este factor en sus recomendaciones y estrategias para reducir la tasa de mortalidad. «La adversidad socioeconómica debe ser incluida como un factor de riesgo modificable en las estrategias de salud local y global, las políticas y la vigilancia del riesgo para la salud», concluyó el estudio.
La OMS realiza acciones para erradicar la obesidad y el tabaquismo a través de campañas realizadas por especialistas que advierten sobre sus efectos. Por tanto, se piden las mismas medidas para la reducción de la pobreza o la mejora del acceso a la educación. Así como charlas en los colegios para sensibilizar.
También los expertos que han realizado el estudio piden a la OMS que incluyan este factor en el Plan de Acción Global para el año 2025. Cuyo objetivo es reducir un 25% la mortalidad por enfermedades crónicas en la población de entre 20 y 70 años.
Silvia Stringhini, del Hospital Universitatio de Lausana (Suiza) y principal autora del estudio, ha manifestado que en los países incluidos en el estudio se han observado diferenciaras. Sin embargo, afirma que este factor no se debe a diferencias entre los sistemas sanitarios. Del mismo modo, admite que no se han analizado cuáles son las enfermedades causantes de una menor esperanza de vida ligada a la pobreza.
Por otro lado, afirma que las personas con bajo nivel socioeconómico son más propensas a tener peor salud porque viven en la calle la mayoría. Aunque esto no es una excusa para no poner remedio por parte de la OMS y los autores confían en que estos hallazgos sean razón suficiente para tomar medidas contra la pobreza a nivel local, nacional e internacional.