La quinoa, el alimento de moda que puede acabar con el hambre en el mundo
La quinoa es el alimento de moda y no puede faltar en una dieta sana, pero también puede convertirse en la mejor aliada para combatir la lucha contra el hambre. Los investigadores de la Universidad de la Ciencia Tecnología Rey Abdalá en Arabia Saudí (KAUST) han finalizado la primera secuencia completa del genoma de la quinoa chilena (Chenopodium quinoa) y sus resultados permitirán identificar los genes que podrán ser manipulados para posteriormente modificar la maduración de plantas y mejorar los elementos de producción.
La manipulación genética tiene como objetivo controlar el tamaño de las platas para conseguir variedades más pequeñas y resistentes, permitiendo que su cultivo sea al mismo tiempo. Para la investigación, los científicos han utilizado tecnología de secuenciación y mapeo genético más avanzado con el fin de agrupar cromosomas completos. El genoma resultante es la secuenciación da más alta calidad hasta la fecha y ofrece una visión inédita sobre el proceso y los mecanismos de crecimiento de esta planta.
El líder del proyecto y Laprofesor en KAUST, Mark Tester, explica que «la quinoa ya era el grano fundamental que sustentaba a las antiguas civilizaciones andinas pero su cultivo fue marginado con la llegada de los españoles y no ha sido hasta estos últimos años cuando se ha revitalizado como cultivo de interés mundial». Añadiendo que “esto implica que la quinoa nunca se ha domesticado o cultivado en su máximo potencial, a pesar de que proporciona una fuente de nutrientes más equilibrada que los cereales».
Los resultados del estudio serán publicados por la revista Nature, pero una de las conclusiones es que esta planta es capaz de germinar en tierras de muy baja calidad. Además la quinoa tiene un alto nivel nutricional, bajo índice glucémico y ausencia de gluten. También contiene un equilibrio excelente de aminoácidos esenciales, fibras, grasas, hidratos de carbono y minerales.
Destacar que el análisis ha identificado el gen que regula la producción de saponinas, las moléculas que dan sabor amargo a la cáscara de la quinoa y que no son aptas para el ser humano. Por tanto, los autores sugieren que los marcadores genéticos que se han aislado ayudarán a producir quinoa sin saponinas. De esta forma se espera que tanto la calidad como la seguridad de producción puedan cubrir las necesidades de la población mundial y contribuir a la lucha contra el hambre.
El problema es que hasta ahora el cultivo de quinoa no se había podido generalizar, pero los especialistas confían en que la secuencia de ADN contribuya a ampliar la producción en nuevas áreas y así combatir el hambre.