Semillas extremeñas para ser las raíces del futuro de Namibia
Un proyecto realmente bonito y valioso que ha puesto en marcha Cruz Roja Española en Namibia. La organización está cooperando con 200 pequeños agricultores –en su mayoría son mujeres– de la región de Kavango dotándolas de medios para que puedan ser autosuficientes. estas han recibido semillas de cultivo de agua de lluvia –mijo, leguminosas y maíz– y formación para que puedan saber cómo desarrollar estas plantaciones.
Esta iniciativa ha sido posible gracias a la financiación de la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AEXCID) y los cursos y el asesoramiento lo están gestionando profesionales del ministerio de Agricultura, Agua y Bosques del Gobierno namibio. Se les está mostrando sobre nuevos métodos agrícolas que resisten a la sequía. Durante el periodo que va desde que se plantan las semillas hasta que se puede recolectar el fruto, estas familias participantes en el programa van a recibir un kit de alimentos para que puedan tener cubiertas sus necesidades más básicas. También se les proporcionarán cabezas de ganado.
Esta intervención humanitaria es fundamental para que puedan sobrevivir familias que subsisten con una agricultura dependiente del agua de lluvia. En estos momentos se está en la etapa de distribución de alimentos, que dura seis meses. Para esto se utiliza una herramienta de Cruz Roja que facilita el reparto eficaz y rápido. Se trata de MEGAV, que funciona a través de tarjetas con un código de barras con los datos personales. Esta se escena y así se controla quién lo ha recibido y cuándo. Todo ello en apenas 20 minutos, por lo que los trámites son mucho más ágiles.
Esta acción no sería posible sin la inestimable colaboración de los voluntarios de Cruz Roja Namibia, de la propia entidad y de la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo.
Cruz Roja invita a conocer a través de su web www.cruzroja.es una de las historias que hay tras este programa, la de Monika Sifrondo, de Nkurenkuru, Kavango West. Ella nació en 1947 y tiene 70 años. Es una de las personas que han sido seleccionadas para esta intervención humanitaria. Tiene cinco hijos y vive con varios de sus nietos. Según explica, “llevo varios años que apenas recolecto mijo y maíz para sobrevivir durante varias semanas”. De ahí que la acción de la que os hablamos sea tan importante para familias como esta, que sin este apoyo no podrían sobrevivir a corto y medio plazo.
